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3 Cosas que enseñar a nuestros hijos hoy para que el mundo sea un poco mejor mañana

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Los primeros meses de vida de un bebé preocupan a los padres. Pasar de pareja joven sin obligaciones a familia con un recién nacido asusta.

La realidad es que es relativamente fácil. Están las clases de preparación al parto en las que te cuentan cómo cuidar un ombligo o sacar los gases de un bebé. Están los pediatras que te dan instrucciones muy detalladas sobre cómo alimentarlo. Si llora, sólo tienes que repasar la lista, bastante corta, de las posibles causas: hambre - sed - frío - calor - sueño - pañal sucio. Cólico, si has tenido mala suerte. Lo más importante es que los padres son conscientes de que no saben qué hacer con su bebé y buscan respuestas.

En cuanto los niños crecen un poco, todo se complica. Hay muchas más cosas de las que preocuparse, hay muchos más errores que cometer, los padres estamos mucho más cansados y sin embargo no hay un pediatra o una matrona preparados para solucionar todas las dudas.

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Afortunadamente, está la ciencia. Así como a nosotros nos preocupa la felicidad y el éxito de nuestros hijos, a los científicos, muchos de ellos padres, también. Algunos llevan años estudiando precisamente esto, qué cualidades, comportamientos y hábitos nos llevan a ser más felices.

De ellos os traemos tres:

1. Dar las gracias por las cosas buenas que hay en tu vida. Aunque parezca sacado de un libro de religión o, como mínimo, de uno new age, la ciencia lo apoya: estar agradecido por lo bueno que hay en tu vida te hace más feliz. Lo confirman los estudios de Sonja Lyubomirsky, profesora de psicología de la Universidad de California y los de Martin Seligman, de la Universidad de Pensilvania. ¿Cuál es la explicación científica de este hecho? La adaptación. Si no hacemos un esfuerzo consciente de fijarnos en las cosas positivas, nuestra mente se acostumbra a ellas y no las tiene en cuenta. ¿Os acordáis de la ilusión de estrenar esos zapatos que tanto os gustaban? ¿O un nuevo coche? ¿O empezar a vivir por fin en vuestra nueva casa? ¿Qué ha pasado con esa alegría que nos hizo sentir? Símplemente nos acostumbramos a ella. El resultado es esa actitud en la que se fijó un cómico americano en un vídeo que se volvió viral: estamos rodeados de cosas maravillosas, sin embargo todo el mundo está desgraciado. Así que sí, una de las cosas más valiosas que podemos enseñar a nuestros hijos es fijarse en las cosas buenas que les rodean. ¿Cómo se hace? Es tan sencillo como sentarte a su lado por la noche y repasar juntos el día para encontrar tres cosas que han ido realmente bien. Ninos3

2. Dedicarse a algo que le gusta. La futura profesión de un hijo es fuente de mucha ansiedad para los padres. De ahí la búsqueda del mejor colegio, las clases de apoyo para que pueda sacar buenas notas, los premios si lo consigue… Todo para que el día de mañana pueda tener una buena carrera y un trabajo bien pagado. ¿Y qué dice la ciencia de todo esto?.. Anders Ericsson, profesor de psicología de la Universidad de Florida que ha dedicado su carrera al estudio de las personas que consiguen resultados excepcionales en el campo profesional o deportivo, afirma que el el alto rendimiento profesional o deportivo es casi exclusivamente cuestión de práctica y que justamente por eso es importante hacer algo que te gusta realmente, ya que sin ello es casi imposible que le dediques suficientes horas para conseguir ese nivel de dominio de un oficio. Así que, a pesar del vértigo que nos puede dar esto, tenemos que centrarnos en ayudar a nuestros hijos a encontrar su verdadera vocación en lugar de imponerles clases de violín o matemáticas. El día que encuentre algo que le hace feliz, no habrá que insistirle para que practique. Para muchos padres será todo un alivio. Ninos1

3. Hacer ejercicio todos los días. Hay pocas cosas cuyo impacto en nuestras vidas subestimamos más que el ejercicio físico. La educación física es la materia a la que menos atención prestamos, no dejar salir al patio nos parece un castigo aceptable y si un día los niños no salen a la calle a jugar porque tienen deberes, no nos parece grave. Y sin embargo la ciencia ha demostrado que el ejercicio es prácticamente una cura universal: mejora nuestro estado de ánimo cuando estamos deprimidos, reduce nuestra ansiedad, aumenta la creatividad, mejora la productividad y la memoria. Todos estos argumentos no son necesarios para los niños. El ejercicio es su estado natural. Sólo que ellos lo llaman jugar en los columpios. Quizás los que necesitan hacer un esfuerzo somos nosotros, los padres. Somos nosotros los que tenemos que asegurarnos que nuestros hijos se mueven lo suficiente. Hacia la edad de 10 años esta tarea se volverá un poco más complicada, es cuando, según algunos estudios, muchos niños abandonan el deporte y el ejercicio. Pero quizás nos ayude a persistir el hecho que el ejercicio aumenta en un 30% la cantidad de sangre que llega a la zona del cerebro asociada con el aprendizaje y la memoria y que después de un entrenamiento físico somos capaces de recordar un 20% más de palabras nuevas. Ninos 2

Son sólo tres cosas, relativamente fáciles de incluir en nuestras rutinas con los hijos. Pero ¿cómo ayudarán estas tres cosas a que el mundo sea un lugar mejor?.. Veamos, un mundo de gente agradecida por lo que tiene, que hace lo que realmente le apasiona, está sana, activa, con buena salud emocional… ¿Hace falta algo más?


¿Es mejor tener un hijo y después casarse?

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Photo 1461150540146 5ab817ad5a13 Scarlett Johansson, Mila Kunis,... tener niños antes de casarse no es sólo una moda entre las celebrities: hasta un 43% de los niños nacen fuera del matrimonio en nuestro país, según los últimos datos de la OCDE. Hasta un 277% más respecto a los niños nacidos en 1995.

Sí, nuestra mentalidad ha evolucionado y tener hijos antes de casarse ya no está tan mal visto. Es más: muchas parejas lo consideran como un paso previo a formalizar su relación y no podemos evitar preguntarnos por qué y si realmente es mejor tener niños antes de casarse.

Algunos lo tienen claro: hace falta valor para firmar un papel delante de un funcionario que formalice legalmente vuestra relación, pero nada comparado con el compromiso que exige criar a un niño juntos, cuando hay que decidir quién es el valiente que se levanta a las cuatro de la mañana a cambiarle el pañal o quién limpia los restos de puré de todo el salón (que vuestro pequeño ha confundido con una sala de paint-ball).

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Además, ya no nos enfrentamos al rechazo o el escarnio público. Por ejemplo, un estudio del año 2010 realizado por el Pew Research Center en Estados Unidos llegó a la conclusión de que para el ochenta por ciento de la población una pareja con niños es una familia, independientemente de que esté casada o no (y hasta un 63% pensaba lo mismo de parejas gay y lesbianas con niños).

Y otro estudio realizado por la British Social Attitudes llegó a la conclusión de que una amplia mayoría de la sociedad (hasta dos tercios) no ve ninguna diferencia entre vivir en pareja y estar casados.

En resumen: menos prejuicios y más libertad y flexibilidad para adaptarse a las expectativas individuales de cada uno son algunas de las razones por las que muchas parejas se lanzan a la paternidad sin papeles de por medio. Pero hay otras razones de peso por las que además piensan que es mejor tener un niño primero y casarse después.

1) Les ayuda a valorar si la relación es sólida

No estás arriesgando nada en esa unión matrimonial porque ya sabes que la relación funciona y que hay una mecánica, una rutina y un proyecto de futuro juntos. Muchas parejas toman esta decisión más tarde porque buscan consolidar algo que ya es totalmente seguro. Cuentan con el beneficio de que saben lo que quieren y cómo lo quieren.

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Ante la pregunta de si casarse después de tener un niño es menos arriesgado que hacerlo antes nuestra colaboradora, la psicóloga Ana Cantarero, nos comenta que hoy en día “por supuesto, convivir durante un tiempo antes de formalizar legalmente la relación o ser padres durante esos años (asumiendo y superando el cambio que la paternidad y maternidad supone para la pareja) puede servirnos de experiencia (no de garantía) para valorar si la relación es sólida y tiene proyección de futuro".

Pero también nos aclara que "casarse no debería conllevar ningún riesgo con independencia de si eres madre o padre o pretendes serlo alguna vez. Casarse debería ser una decisión tomada y pensada por la pareja y porque ambos miembros lo desean realmente o lo necesitan para formalizar su compromiso romántico-emocional"

2) Son más libres a la hora de tomar la decisión

Ya no existe esa presión social para casarse si hay niños de por medio y al desaparecer esa obligación o sentir que tienen que hacerlo por el bien de los niños, las parejas toman la decisión libremente y con más ganas. Se hace porque se quiere y cuando se quiere, con plena libertad.

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Tener un niño no es una razón para casarse ni es una razón de peso hoy en día para hacerlo. Para Ana Cantarero "los tres ingredientes son importantes para que la relación funcione y ser padre y madre no debería suplir ese amor que sientes por tu compañero/a. Y por amor entiendo también compañerismo, sexo, complicidad, comprensión…"

Está claro que la maternidad/paternidad ocupa una posición elevada en el diagrama que conforma una relación, "especialmente cuando los niños son pequeños", apunta nuestra colaboradora, pero no una razón para firmar un documento legal.

3) Pueden compartir con sus hijos un momento familiar importante

Para muchas parejas, casarse después de tener niños también significa involucrar a sus hijos en la relación, hacerles partícipes y protagonistas de su historia de amor. No obstante, celebrar una boda ya no tiene el mismo significado que hace años, ya no es un pasaporte a la vida adulta o algo definitivo. Es considerada como un sinónimo de una fiesta más que un compromiso a largo plazo.

Estar presentes en la boda de los padres para nuestra colaboradora Ana Cantarero siempre es positivo, “pero ojo: si sus padres se han casado antes de que naciera o no se han casado tampoco resultaría negativo para la estabilidad emocional del niño.”

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¿Ayuda a los niños estar presentes en esos momentos? “Compartir con nuestros hijos los momentos felices familiares y de pareja les ayuda a sentirse seguros e integrados en ese nido familiar y además, es un paso más para que de adultos busquen esa felicidad que han experimentado de niños. Pero no solo hablo de que asistan a la boda de sus padres, también es importante que sean partícipes de otros acontecimientos importantes como la llegada de un hermano, la búsqueda de una nueva casa o salir a celebrar el nuevo trabajo de mamá o papá”, comenta nuestra colaboradora.

Pero también muchas parejas deciden casarse por el bien de sus hijos. Para darles un respaldo a la hora de enfrentarse a preguntas incómodas, todavía presentes en determinados círculos sociales.

Pero, ojo, tener un hijo antes de casarse tampoco es el nexo definitivo de unión

Según un estudio realizado por Stephen McKay de Universidad de Lincoln (Reino Unido) por Stephen McKay y Harry Benson, de la Marriage Foundation, tener un hijo antes de pasar por el registro incrementa las probabilidades de que el matrimonio termine en divorcio hasta en un 70%.

Los datos de la investigación determinaron que solo el 24% de las parejas que esperaron a casarse para tener un hijo se separaron frente al 56% que primero tuvo un bebé y luego se casó.

La conclusión a la que llegaban ambos investigadores es que formar un hogar exige un compromiso verdadero en la pareja, pero tener un hijo no debe ser la razón para mantener la relación.

La pregunta que no podemos evitar hacer es si el matrimonio produce la estabilidad de por sí. Según McKay es complicado responder a esta pregunta porque por un lado, una boda es una declaración pública ante nuestra familia y amigos de compromiso y, por lo tanto, cuando hay problemas en la relación también hay más apoyo por parte de los que nos rodean. Además, según este investigador, cuando llegan los hijos antes que la boda, la pareja se concentra más en su rol de padres y menos en el rol de pareja, lo que a la larga puede ser un lastre para la relación.

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“Para que una relación de pareja funcione debe haber un compromiso de unión basado en la felicidad, amor, comprensión, estabilidad y todas esas variables que te aporta tu compañero de vida, con independencia de si tienes hijos o no o si has pasado por el altar/juzgado o no.”, nos comenta Ana Cantarero.

“Y además, mantener esa relación supone un trabajo colaborativo por ambos miembros y continuo. Ser padres puede y suele reforzar ese vínculo, siempre que los vínculos de la pareja sean sólidos dispongan de estrategias para superar todos esos cambios que suponen las nuevas responsabilidades", añade.

En su opinión, si los cimientos no son estables la relación podría tambalearse con la llegada de los niños, de la misma manera que si una pareja se mantiene unida por el vínculo que les une a sus hijos es probable que cuando estos vuelen del nido sufran una crisis importante. "Un ejemplo serían algunos casos de divorcios a una avanzada edad cuando sus hijos se independizan o tras la jubilación.”

Y, por último, un matrimonio involucra un contrato, algo mucho más complicado de romper o cambiar que una relación de pareja sin papeles oficiales. Convivir sin papeles es cada vez una opción más elegida entre las parejas, pero también más fácil de romper.

Ig Tre

Fotos| Unsplash.com

En Trendencias|Las 23 cosas que jamás pensé que aprendería de mis hijos

Así cambia el mundo después de ser madre: siete cosas que no vuelven a ser lo mismo

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085437 He estado dándole muchas vueltas al asunto y he llegado a la conclusión de que por mucho que intentemos ocultar la realidad la maternidad te cambia la vida.

Pero también te otorga superpoderes, que quede claro. Puede que no sean los superpoderes típicos, los que estáis acostumbradas a escuchar por la tele: como la invisibilidad, la velocidad máxima, la ubicuescencia… Pero sí el poder de cambiar estas situaciones que te vamos a contar tanto que no las reconocerían ni en su casa a la hora de comer.

Un día en la playa

Para ir a la playa antes solo necesitabas una toalla, quizá un par de revistas o un libro lleno de cliffhangers y muchas ganas de no hacer absolutamente nada.

Ahora parece que te mudas de país y aunque no tengas ninguna gana te pasarás la mañana haciendo cosas de lo más variopintas. Cosas como perseguir cangrejos, trasladar todo el agua del mar a un agujero en el que desaparece o intentar que tu peque no ingiera media tonelada de arena.

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Un viaje en moto

Antes te parecía la metáfora de la libertad, el vehículo más sexy y salvaje y te imaginabas a ti misma alejándote hacia el horizonte en lomos de una. Tu pelo moviéndose, acariciado por el viento. Destino: desconocido y mejor así.

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Sin embargo ahora aparece una y te echas a temblar. Te imaginas a uno de tus pequeños vástagos a lomos de una y te echas a temblar. Te imaginas que se acerca a una y te echas a temblar. Te imaginas lo del pelo y te echas a temblar (¿eso es que va sin casco?). Lo del destino desconocido te provoca taquicardias.

La ropa interior

Antes de ser madre la ropa interior es una excusa para quitártela (más o menos), pero también de autosatisfacción personal. Disfrutabas yendo de compras, eligiendo y probándote cosas. Te gustaba sentirte bien, aunque nadie viera lo que llevabas puesto.

Ahora que eres madre la ropa interior está al final de la lista de Cosas que Apenas te Importan, justo al lado de otras cosas que tampoco te importan como "colocar los dvd por orden alfabético" y "qué cóctel está de moda". Te pones cada mañana lo primero que pillas y si por puritita casualidad combina con las braguitas te acercas a tu administración de loterías más cercana, porque está claro que se trata de tu día de suerte.

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La decoración de interiores

Era tu hobby. Le dedicabas horas y horas. Qué placer poder visitar las tiendas e imaginar cómo quedaría aquel sofá en tu casa, si la lámpara de diseño encajaría en tu alcoba... Tenías la casa llena de revistas, dedicabas parte de tus vacaciones a vagabundear por tiendas de anticuarios y viejos mercadillos buscando tesoros y te podías pasar semanas enteras planificando una combinación de texturas para las telas del salón.

Ahora la decoración de interiores se ha convertido en conseguir librarte de los dedazos en los muebles, recoger migas de Aspito y en comprar una cesta en Ikea para esconder los juguetes cada noche.

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Salir por la noche

Antes salir por la noche era lo normal, algo que hacías cuando te apetecía sin más consecuencias que unas buenas ojeras al día siguiente. Hoy, en cambio, salir por la noche es algo tan excepcional como que George Clooney te invite un fin de semana a su casa del lago en Italia.

Vives en una carrera de velocidad perpetua y no es de extrañar que la única ocasión en la que salgas por la noche te cueste ralentizar un poquito la marcha. O que salgas sin frenos, directamente. No te extrañes si eres la primera que se sube al escenario del karaoke para cantar a Nino Bravo o terminas vomitando en una acera por culpa de las prisas con las que te has tomado todos esos copazos.

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Las escenas “hot” de una peli

Antes, en vez de disfrutar del erotismo, de la fantasía y la sensualidad, te pasabas la peli entera analizando con pelos y señales cada escena hot: si esa postura sexual se podía hacer sin desafiar las leyes de la gravedad, si no tendrían frío haciéndolo en medio de la piscina, etcétera, etcétera.

Ahora que hay niños delante te preguntas qué sabrán ya sobre el tema y si tienes que explicarles algo o comprar algún manual de sexualidad, si deberías dejarles ver hasta el final, cortar o mandarles a la cocina a por palomitas, si se pensarán que vosotros también sois acróbatas, etcétera, etcétera.

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Los chicos malos

Sí, sabías que no te convenían, pero ¿a quién le importaba? Los chicos malos tenían un atractivo muy especial, un "algo" que superaba con creces al je-ne-sais-quois de los franceses. ¿Fumaba? Era parte de su atractivo. ¿Se metía en líos? Es que era inquieto e interesante. ¿Se olvidaba de llamarte? Lo típico de un aventurero que no se conforma con vivir bajo la presión de una sociedad injusta.

Ahora no hace falta que su mala fama les preceda para que tú salgas corriendo en dirección contraria. Y ya tienes una lista de "contras" redactadas para enseñársela a tus vástagos cuando sepan leer: 1) fuman; 2) se meten en líos y 3) se saltan a la torera todas las normas de convivencia, la ley y lo que haga falta.

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Ig Tre

En Trendencias | Lo que nos contaron de la maternidad… y lo que es en realidad

Cómo superar la vuelta al cole con éxito (y con unas sencillas pautas)

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“Hola” a la mochila, al donuts, a los viejos amigos y a los nuevos profesores. Pero también “hola” a madrugar y, claro, a estudiar otra vez.

Tras casi dos meses de vacaciones y sin prácticamente obligaciones, los más pequeños vuelven esta semana a las aulas y, al igual que los adultos necesitan adaptarse a la rutina y al cambio que esto supone.

A ellos también les cuesta. También les da pereza. También les asusta un poquito. Lo desconocido, lo que está por venir, lo impredecible siempre nos genera ansiedad. Y según los expertos, hasta a casi un 10% de los pequeños les genera nerviosismo, falta de concentración, lloros, apatía y dificultades para dormir.

Coaching para una vuelta al cole feliz

Es lo que todos queremos. Que sean felices. Que no haya dramas. Que disfruten de su paso por el colegio. Pero no sólo lo pedimos nosotros, también los profesores y profesionales que trabajan en los centros educativos aspiran a conseguir que los más pequeños vivan la vuelta al cole con toda la tranquilidad, sin ansiedad ni lloros.

Pero ¿cómo conseguirlo?

Está claro que es un reto para todos y por eso hemos querido contar con la colaboración de Jessica González, Orientadora y Coordinadora de Infantil y Primaria del Colegio Arcángel Rafael de Madrid, quien nos va a dar las claves en esta pequeña sesión de coaching para nuestros hijos.

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"Es como un jet lag que todo el mundo acaba por superar y adaptarse, pero puede hacerse de varias formas.", cuenta ella misma en la circular que han suministrado este año a todos los padres del colegio para ayudarles en esta nueva entrada. "En los niños no sólo está el cambio de rutinas a los que hay que adaptarse, sino que hay muchos factores más que les afecta: Un nuevo entorno, los sentimientos que transmite la familia y la acogida de los profesores. Cuanto más se lo facilitemos mejor llevará el cambio."

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Por un lado, ella y el equipo de profesionales del colegio saben de lo importante que es la llegada a un nuevo ambiente, especialmente para los más pequeños, que son muy impresionables. Por eso, apuestan por que el colegio cuente con espacios y ambientes que fascinen a los niños: "si abrimos las puertas de espacios tan atractivos para ellos, conseguimos su disposición para entrar y aprender", apunta Jessica.

Para facilitar estos primeros días, en su colegio han facilitado a los padres un documento con unas claves y consejos facilísimos para que esos primeros días haya menos dramas y los niños descubran todas las cosas maravillosas que están esperándoles en las aulas. Son consejos muy sencillos pero muy eficaces. Y que no nos costará nada introducir en nuestra rutina cada día.

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Educar desde la calma

Este es el punto de partido básico para superar el periodo de adaptación, según Jessica González. Y sobre todo, darle la vuelta al pastel y convertir los puntos que más nos preocupan a todos en algo positivo: "no podemos decir a los padres que el periodo de adaptación es un proceso duro por el cual tenemos que pasar sin más, sino como un periodo en el cual si colaboramos todos juntos y en la misma dirección, la entrada de los niños al colegio se hace más agradable para todos."

Si llevas a tus hijos al colegio sintiendo tranquilidad y confianza, ellos lo sienten. Puede pasar que a los nuevos alumnos les pase factura la ansiedad de separación, pero pronto empiezan a familiarizarse con el personal del colegio y nos ven como otros adultos de referencia.

El papel de las profesoras y profesores

Para la Orientadora y Coordinadora de Infantil y Primaria del Colegio Arcángel Rafael el papel de los profesores es primordial: "la actitud, motivación y vocación en el pleno sentido de la palabra es lo que va a hacer que funcione el periodo de adaptación."

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El ambiente que se crea en el aula es fundamental: "dejar que los alumnos conozcan por ellos mismos el entorno, pocas actividades, el objetivo de estos días es que “aprendan a sentirse bien y a gusto en el colegio”

¿Y si el estrés se lo generamos nosotros?

Muchas veces somos nosotros los responsables y generadores de la ansiedad. Y es que tenemos más miedo, nos montamos películas tremendas en la cabeza, tendemos a protegerlos demasiado y nos pasamos con el apego. Según los expertos el primer paso fundamental es intentar no transmitir estas emociones y la ansiedad a nuestros hijos.

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Para Jessica González tan importante como la entrada en un nuevo escenario, en esta obra es fundamental el papel que juegan las familias durante este periodo de adaptación: "... lo que queremos transmitir a las familias es tranquilidad. Tanto las tutoras como las orientadoras, ofrecemos pautas a las familias. Queremos ofrecer esa confianza donde los padres sientan que sus hijos están atendidos en un ambiente acogedor propicio para la enseñanza."

El papel de los niños

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Jessica lo tiene clarísimo: "ellos tienen que entrar, observar, explorar, tocar, sentir, jugar, aprender, divertirse y ser felices". Y sí, a veces tenemos la impresión de que nosotros nos complicamos las cosas mucho más de lo necesario y que lo único que importa es que ellos se lo tomen a su ritmo, sean felices y no se agobien.

Ig Tre

Fotos| Pixabay.com, Unsplash.com, Pexels.com

En Trendencias|Coaching para iniciar el curso con buen pie: un experto nos da sus consejos

Niños dando lecciones de solidaridad. ¿Y si pudiéramos aprender de ellos más de lo que les enseñamos?

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La solidaridad es un tema muy personal. Lo que cada persona es capaz de hacer por los demás está condicionado por muchos factores, como su circunstancia personal o las experiencias pasadas. Probablemente el mundo sea hoy más solidario que nunca. Eso es una buena noticia. Pero mejor todavía es pensar en que nuestros hijos serán mejores que nosotros. Porque, en los niños, la solidaridad es mucho más que una palabra. Algo más que un comportamiento consciente y aprendido. La solidaridad, en ellos, es natural. Instintiva. Inocente. Hemos encontrado ejemplos que nos han puesto la piel de gallina. Niños en los que fijarnos para crecer como adultos. Lecciones que aprender.

El niño que no paró hasta conseguir que su amigo discapacitado pudo subirse al columpio

Felipe es un niño argentino con una discapacidad motora que lo obliga a desplazarse con ayuda de un andador. Y Augusto es su amigo, que quiere jugar con él en un columpio doble y no ceja en su empeño hasta que consigue ayudarlo a subir a él. El vídeo se ha hecho viral en los últimos días y ha emocionado a medio mundo.

¿A qué adultos les da una lección? A todos esos insolidarios que siguen aparcando en los sitios reservados a minusválidos, por ejemplo.

¿Qué hemos aprendido? Que algunas personas necesitan un poco más nuestra ayuda que otras, pero que a un amigo nunca se le deja de lado.

Niños que se dejan crecer el pelo durante años para donarlo a enfermos de cáncer

Thomas Moore es un niño americano que, un día, vio a su madre conmocionada después de ver en internet el vídeo de una niña de cinco años que había perdido todo su pelo por un tratamiento de quimioterapia. La decisión de Thomas fue dejarse crecer el pelo durante dos años, lo cual fue suficiente para crear tres pelucas para enfermos de cáncer.

El caso de Vinny Desautels es muy similar y, al mismo tiempo, una prueba de lo cruel que puede ser a veces el destino. Vinny se dejó crecer el pelo 33 centímetros entre los 7 y los 9 años para donarlo a enfermos de cáncer. En ese tiempo, tuvo que afrontar incluso el bullying de alguno de sus compañeros de colegio, por parecer una niña. Lo triste del caso es que, poco después de conseguir su objetivo, a él mismo le fue diagnosticado un cáncer en estado avanzado, contra el que sigue batallando.

¿A qué adultos les da una lección? A quienes piensan que la solidaridad está reservada a personas con una situación económica boyante. Pelo... tenemos (casi) todos.

¿Qué hemos aprendido? Que todos podemos encontrar una manera de ayudar.

La niña que creó una ONG para llevar libros a los albergues para personas sin hogar

Mackenzie Bearup tenía 13 años cuando empezó a recaudar libros para albergues de personas sin hogar y de niños que han sufrido violencia o abusos sexuales. Ella misma sabía la importancia de buscar refugio en los libros, pues había pasado tres años con dolor crónico, en los que la lectura fue su mejor medicina. Unos cuantos años después, su pequeño proyecto se había convertido en Sheltering Books, una ONG que ya ha repartido más de 150.000 libros por albergues de todo Estados Unidos.

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¿A qué adultos les da una lección? A quienes creen que el dinero lo es todo.

¿Qué hemos aprendido? Que una experiencia propia puede aplicarse para ayudar a los demás.

El niño que recaudó casi 250.000 euros para los damnificados del terremoto de Haití

Charlie Simpson era un niño de 7 años en 2010, cuando un fuerte terremoto devastó Haití. Pese a su corta edad, se propuso recaudar 500 libras para ayudar a comprar comida, agua y tiendas de campaña. Para ello, creó una campaña para recorrer 8 kilómetros en bicicleta contando con patrocinadores que donaran el dinero. Lo que nadie imaginaba era que la página a través de la que se organizaba la recaudación llegara a 211.936 libras.

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¿A qué adultos les da una lección? A los que han perdido la esperanza de poder marcar una diferencia.

¿Qué hemos aprendido? Que, si nosotros damos lo mejor de nosotros mismos, la sociedad responderá de maneras que ni siquiera podíamos imaginar.

El niño amputado que prestó una muleta a su amigo para que pudiera ver el fútbol

No todos los actos solidarios tienen un objetivo gradioso o que vaya a mejorar las vidas de muchas personas. Y tampoco les hace falta para emocionarnos. A veces, un niño solo quiere que su amigo vea con él un partido de fútbol. ¿Hay algo más infantil que eso?

Santiago es un niño argentino de 10 años que perdió una pierna debido a una malformación genética. Fanático de Rácing de Avellaneda, no se quiso perder la despedida de su ídolo, Diego Milito. Un muro demasiado alto le impedía ver, así que se subió a una de sus muletas. Pero, entonces, se dio cuenta de que su amigo se lo estaba perdiendo y le prestó la otra. La imagen de ambos dio la vuelta al mundo. Unos meses después, el club le regaló a Santiago la prótesis que le ha permitido llevar una vida normal y hasta jugar a su deporte favorito.

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¿A qué adultos les da una lección? A quienes es escudan en sus propios problemas para no ayudar a los demás.

¿Qué hemos aprendido? Que la solidaridad siempre tiene recompensa, de una u otra manera.

La niña que quiso conseguir la paz a través de un puesto de limonada

Jayden Sink es una niña de 5 años que salió un domingo de la iglesia un poco impresionada por el sermón sobre las guerras y la paz mundial. Decidió hacer algo en el momento y montó un puesto de limonada allí mismo, pidiendo un donativo de 1 dólar por vaso. No solo consiguió recaudar 400 dólares en ese mismo día, sino que se creó una campaña online que añadió otros 1.000 y que, hoy en día, va ya por más de 25.000.

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¿A qué adultos les da una lección? A quienes han dejado que palabras como paz o solidaridad se conviertan en clichés más que en objetivos por conseguir.

¿Qué hemos aprendido? Que hasta un vaso de limonada puede ayudar a hacer del mundo un lugar mejor.

El niño que creó un canal de YouTube para ayudar a otros niños con diabetes

Tim Crosby es un niño de 6 años, diagnosticado de diabetes desde los 2, que decidió crear un canal de YouTube para explicar a otros niños en su situación, compartir experiencias y que no se sientan solos ni discriminados por su enfermedad.

¿A qué adultos les da una lección? A quienes creen que la edad, o cualquier otra limitación, es una excusa para no ser solidarios.

¿Qué hemos aprendido? Que, cuando algo nos vaya mal, siempre podremos encontrar la empatía de otros... aunque sea a través de YouTube.

La niña que creó una app para que nadie volviera a comer solo en el instituto.

Os contábamos esta historia la semana pasada. Natalie Hampton, de 16 años, creó una app después de pasarse un año comiendo sola en la cafetería de su instituto, para que a ningún compañero, ni en el suyo ni en ningún otro centro escolar, les pasara lo mismo. La app ayuda a unir a estudiantes que están solos en esa circunstancia.

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¿A qué adultos les da una lección? A los que no hacen ningún esfuerzo por integrar a los demás.

¿Qué hemos aprendido? Que, a veces, los propios protagonistas hacen más por evitar el bullying que quienes tienen más herramientas para conseguirlo.

Imágenes | Unsplash.

En Trendencias | La conmovedora historia de un niño autista sin amigos... y cómo a través de Facebook consiguió cumplir su sueño de tenerlos

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Campbell Remess solo tiene 12 años, pero dedica su tiempo libre a coser osos de peluche para los niños enfermos

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Campbell Remess es un niño australiano de solo 12 años con muchas ganas de ayudar a los demás. Así que, hace tres años, tuvo una idea: comprar juguetes para todos los niños ingresados en el hospital durante la Navidad. Las malas noticias llegaron cuando su madre le dijo que, desgraciadamente, no podían permitírselo. ¿Detuvo eso a Campbell? No, por supuesto que no. Si no podía comprarlos... tendría que hacerlos él mismo.

Campbell se puso manos a la obra. Intentó fabricar juguetes, pero no fue capaz, así que decidió que unos osos de peluche serían más sencillos. Creó él mismo los patrones, a pesar de no haber cosido nunca. El oso de peluche que creó no tenía demasiado buen aspecto, pero eso no impidió que siguiera intentándolo. Desde hace tres años, cose un oso de peluche al día. «Si Campbell ve a alguien triste, siente la necesidad de solucionarlo», dice su madre.

Campbell Remess

Campbell cuenta con su propia página en Facebook, administrada por su madre: Project 365 by Campbell. En ella, algunos usuarios han organizado recogidas de fondos, porque el proyecto de Campbell, aunque sigue centrado en los niños hospitalizados, no ha dejado de crecer. Ahora también hace osos para los padres de esos niños, para intentar confortarlos en los momentos difíciles, e incluso ha enviado sus peluches a lugares afectados por atentados terroristas, como Bruselas o París.

Imágenes | YouTube.

En Trendencias | Niños dando lecciones de solidaridad. ¿Y si pudiéramos aprender de ellos más de lo que les enseñamos?

Ig Tre

¿Dejamos a nuestros hijos libertad para ser niños?

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Ya lo hablamos hace unas semanas en este artículo que escribimos sobre Hiperpaternidad: algunos padres están tan obsesionados con construirles la vida perfecta a sus hijos y con mantenerles a salvo de todos los peligros que les están protegiendo demasiado y coartando su libertad para desarrollarse como personas libres e independientes.

Y sobre todo, les están impidiendo vivir una infancia con normalidad, cometer trastadas, equivocarse, meterse en líos, eludir responsabilidades,... ¿Deberían darles más libertad para que disfrutaran de la niñez sin controlarles tanto? ¿Y hasta qué punto se puede estirar esa libertad?

Dar a nuestros hijos libertad es mucho más que dejarles jugar a su aire, es asentar las bases para que el día de mañana se conviertan en adultos libres y seguros de sí mismos.

Pero a algunos les cuesta soltar el hilo y dar ese paso. Y cuando alguien traspasa esa frontera y confía en su hijo para que ayude en casa o sea algo autónomo, le llueven las críticas. O cuando algunos padres protestan porque tienen demasiados deberes y están perdiendo la infancia.

El coste de prepararlos para una vida perfecta

Y no, no nos referimos a lo que nos cuestan todas las actividades extra-escolares al final del mes (que sí, en muchos casos es para echarse a temblar), sino de las terribles agendas a las que someten a sus hijos algunos padres, casi como si fueran las de un adulto.

Pero por otra parte, con toda esa preparación tremenda encima, una educación privilegiada, se trata de niños que lo tendrán difícil como adultos, porque se pasan a la hora de supervisarlos, les respaldan en exceso y no les ponen suficientes límites. Niños tiranos con muchos derechos y sin ninguna obligación.

Por otra parte, tanta actividad extraescolar y estimulación para conseguir que los niños se conviertan en adultos en éxito les quita tiempo para jugar. Y no podemos evitar preguntarnos si al hacerlo así les estamos robando también esa parte de la infancia, de la importancia del juego no dirigido para los niños. Si ese es el verdadero coste a pagar.

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Ellos también nos dan alguna pequeña pista para que seamos conscientes de que es necesario dejarles más libertad: "yo creo que la cantidad actual de miedos infantiles,que están detectando los expertos y que se han convertido en casi una epidemia en esos tiempos", nos explica Eva Millet, periodista, madre de dos niños, responsable de la web Educa2 y autora del libro Hiperpaternidad.

Según esta experta "es la principal señal de alarma de esta falta de autonomía producida por estas crianzas "híper". La tendencia de los hiperpadres es ocultarles, maquillarles, evitarles los miedos: si un niño tiene miedo a los perros y ve un perro, los papás le cruzarán la calle de inmediato para evitarle ese momento de "enfrentamiento" (vital para superar el miedo). O (y este es un caso real!), si una niña de 10 años no ha tirado la cadena del WC en su vida porque "le da miedo el ruido" sus diligentes y bienintencionados papás se la tirarán por ella cada vez que vaya al baño. La valentía es una habilidad que requiere educarse, y es tan o más importante que el inglés o las matemáticas".

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Pero también puede pasar con el juego. Algunos progenitores se empeñan en manejar también esa área de sus vidas, no dejándoles libertad para hacer las cosas a su manera o aburrirse.

Salvador Rodríguez Ojaos, pedagogo, formador y autor del blog de reflexión educativa El Blog de Salvaroj nos comenta que "en edades tempranas, el juego nunca es una pérdida de tiempo, ni un simple entretenimiento. El juego, además de facilitar el desarrollo de las capacidades motoras, es un acto fundamental para la formación de habilidades y destrezas, para la adquisición de valores, para el desarrollo de la inteligencia racional y la inteligencia emocional".

En definitiva, los profesionales recomiendan este juego no dirigido: "con el juego, los niños y las niñas experimentan, comparten, pierden, ganan, aprenden a anticiparse, a concentrarse, a ser imaginativos, a ser creativos, a ser curiosos. Todos estos aprendizajes son esenciales para el futuro desarrollo de la personalidad y para una adecuada adquisición del aprendizaje", nos explica Salvador.

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La falsa libertad tampoco es una opción

También está el otro extremo. El que nos recuerda Eva Millet, el de niños criados en una "falsa libertad": "los (de nuevo) bienintencionados padres, en nombre de una democracia familiar mal entendida, les preguntan TODO a los niños desde muy pequeños (a menudo preguntas que no están capacitados para contestar o que no les toca a ellos contestar como ¿qué quieres cenar?, ¿dónde quieres sentarse?, ¿quieres irte a dormir?, ¿vestirte?, ¿bañarte?, ¿tomar un Dalsy?), pero otro lado (y ahí está la contradicción), hacen sistemáticamente todo por ellos, no les dan armas para que sean personas libres y autónomas (que esa es la verdadera libertad)", aclara.

"No se trata de volver a la dictadura, ojo sino de dar unas normas para crear esa atmósfera tranquila y organizada donde el niño se sentirá seguro, acompañado pero no agobiado por sus padres y podrá desarrollarse como persona." Eva Millet.

Getty Rm Photo Of Kids Playing In Tree House

Maribel Martínez, una psicóloga del Centro de Psicología y del Lenguaje que reivindica la sana desatención, el observar sin intervenir, nos comentaba como un poco escandalizada cómo los padres preguntaban a los niños que acudían a su consulta cuándo querían volver a tener cita con ella: "como si ellos decidiesen la agenda familiar o tuviesen capacidad para negarse a tener la cita o no".

Libertad y límites, una combinación equilibrada y necesaria

En conclusión, según nos cuenta Eva Millet los niños necesitan libertad, pero no para decidir que cenan sino en el sentido de tener tiempo libre para observar, pensar, para aburrirse, para escoger a lo que quieren jugar y qué amigos invitar a la fiesta. Para ser niños. Y curiosamente, para ejercer esta libertad también precisan de LIMITES, de normas y rutinas, unos conceptos completamente demodé en estos tiempos. Los límites son como agua de Mayo, todos los expertos con dos dedos de frente en educación los reivindican: "les ayudan a ser más seguros y a desarrollar su autonomía, a saber que después de bañarse, a tal hora, podrán jugar un ratito a lo que les de le gana y después cenarán lo que sus papás (que deberían saber más que ellos de nutrición) les han preparado para cenar y que, antes de acostarse, normalmente a la misma hora, uno de los dos les leerá un cuento."

¿Cuál es la solución? ¿Cómo buscamos ese equilibrio? Los especialistas recomiendan no estar todo el día pendientes de los niños, darles libertad y autonomía, que se aburran, que intenten resolver los problemas y dificultades por su cuenta... y se equivoquen. Todas las veces que sea necesario.

En definitiva, dejarles ser ellos mismos, jugar y hacer el tonto, pero también darles responsabilidad sobre sus deberes y obligaciones tanto en el colegio como en casa.

Resulta difícil, claro. Pero si nos excedemos con nuestras atenciones, podemos acabar llevando a nuestro hijo de la mano a la Universidad, terminando sus relaciones de pareja por él o regañando a sus jefes en su primer trabajo. ¿De verdad es ese el futuro que queremos para ellos?

Ig Tre

Fotos| The Nanny Diaries, Unsplash.com, Lemmonade, GTres

En Trendencias|Hiperpaternidad o cómo fastidiar el futuro de tus hijos por protegerles demasiado

Las nuevas familias necesitan una nueva forma de relacionarse: manual de etiqueta para familias del Siglo XXI

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Photo 1464254654104 C690d2e93424 Está claro que ya no existe un único modelo de familia sino muchos modelos totalmente nuevos. Y ninguno es igual al otro, y cada uno de ellos presenta también nuevos retos y muchas preguntas que no nos habíamos planteado antes.

Relacionarnos con los hijos de nuestra nueva pareja, con sus ex o explicarles a nuestros propios hijos el cambio de la situación requiere nuevas normas y reglas, una nueva etiqueta.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la media de duración de un matrimonio en España es de 15,8 años, el número de divorcios se ha incrementado en un 5,6% en los últimos años, el de separaciones un 5,6% y el de nulidades, un 2,7%. Eso sin contabilizar las rupturas de las parejas de hecho, una fórmula cada vez más popular entre las parejas y que no se ha contemplado.

Además, según este último estudio, hasta en el 69,9% de los casos en los que hubo niños implicados la custodia fue otorgada a la madre, pero la custodia compartida gana peso y ya se concede en uno de cada cuatro divorcios, cuando en el año 2007 sólo ocurría en el 9,7% de los casos. Estamos hablando de una subida de hasta quince puntos en los últimos ocho años. Photo 1461150540146 5ab817ad5a13

No hay ninguna duda de que estamos ante una nueva realidad. Una realidad en la que ya no hay presente un sólo modelo familiar, sino que nos encontramos con muchas variaciones del tradicional: padres solteros con niños, familias separadas que han vuelto a casarse, matrimonios de parejas homosexuales, parejas de hecho que conviven con los hijos del matrimonio anterior de uno de ellos…

Un nuevo escenario requiere una nuevas reglas

Entender este nuevo escenario requiere de toda nuestra empatía y comprensión, sobre todo a la hora de tratar con los niños y ayudarles a superar esa transición en algunos casos donde ha habido una separación o la muerte de uno de los cónyuges.

Según estos mismos datos, en las nuevas familias que se forman tras estas separaciones y divorcios, la proporción de mujeres con hijos es más alta que la de hombres, pues muchas veces en los procesos de divorcio los niños quedan en manos de la madre y no del padre. Photo 1462598433584 D7ffa5a70489

Las nuevas familias reconstituidas necesitan apostar por crear una organización familiar corresponsable en ese nuevo escenario de convivencia, teniendo en cuenta que los hijos pueden estar unas semanas y otras no, que hay muchas posibilidades de que ambos adultos trabajen y tengan que compartir la responsabilidad doméstica, pero también el cuidado de los menores, acompañarles al médico, hablar con sus profesores, responsabilizarse de sus actividades de ocio y extra-escolares, que a veces habrá que discutir opciones muy personales con una tercera persona (el otro progenitor) que no está presente, hacer encaje de bolillos con las fechas de todo el mundo, y por supuesto, también no olvidemos que puede que haya hijos en común e hijos de otras relaciones.

Y aunque, especialmente las madrastras y también los padrastros han tenido muy mala fama gracias (o más bien, todo lo contrario) a la literatura tradicional, hoy en día cualquier persona que inicia una relación sabe que tiene que adaptarse a las circunstancias que trae la otra persona. Y a veces esas circunstancias pueden ser complicadas.

Diez normas de buen comportamiento y urbanidad para las familias del siglo XXI

El primer paso fundamental para afrontar las relaciones en los nuevos modelos de familia es contar con el nivel adecuado de respeto, comprensión, empatía y, especialmente, de cariño.

La verdad es que el cariño es la clave para que todo fluya, tener muy claro que cuando quieres a una persona es importante que quieras a quién más quiere esa persona en el mundo. Vamos, a sus hijos.

Pero además del amor, hay una serie de consejos de etiqueta a seguir que puede facilitar la convivencia en un hogar .

Por ejemplo, Jann Blackstone y Shary Jupe, los autores de Ex-Etiquette for Parents: Good Behavior After a Divorce or Separation hablan de diez normas básicas, basiquísimas de etiqueta (o ex-etiqueta, como dicen ellos):

1.- Poner primero a los niños.

Los niños necesitan tiempo para asumir la separación o la pérdida. Hay que respetarlo y ponerse en su lugar. No forzar la cercanía, dar a los niños tiempo para crear esos lazos afectivos y priorizar primero la cercanía verbal, hasta que la cercanía física surja espontáneamente.

 It Seems Cliche But Love Makes A Family Love Is What Makes Our Family We Re Just Two Working Moms With Two Four Year Olds Full Of Energy Flickr The Central Intelligence Agency

2.- Pedir ayuda cuando realmente se necesite.

A la familia. A la ex pareja. A la familia de la ex pareja. Ayuda profesional. Lo que sea necesario. El momento lo requiere y se trata de una inversión a largo plazo.

3.- No hablar mal de nadie. Especialmente no hablar de más o en contra de los ex delante de los niños. Al contrario: hay que intentar fomentar que estén bien con ese otro progenitor que no convive en el hogar, reconocer su papel e importancia, y apoyar toda la comunicación y el contacto constante.

4.- Los padres biológicos hacen las normas, los padrastros les apoyan.

Lo ideal: ser parte de la solución, no del problema y apoyar a la otra persona en las decisiones que tome a la hora de educar a sus hijos. Los padrastros tienen que encontrar su nicho poco a poco. Es decir, no es bueno forzar ejercer de padre de un día para otro. La autoridad hay que ganársela poco a poco, día a día y de manera natural.

5.- No ser malintencionado.

E intentar que sentimientos como los celos, el resentimiento, el odio o la furia se interpongan en las relaciones y se hagan con el protagonismo en las conversaciones.

6.- La empatía es la herramienta para solucionar los problemas.

7.- Ser honestos y sinceros.

8.- Fuera el rencor.

Para muchas personas es difícil tener que hablar con su antigua pareja, pero por el bien de los niños es necesario anteponer las necesidades de los adultos a las suyas.

9.- Respecta el santuario del otro, su lugar en la familia, su espacio personal.

Antes de lanzarse a la aventura acordar la forma del escenario: desde el lugar para vivir, cómo compartir el dinero, las normas de convivencia, los roles de cada uno, las funciones de cada uno, etc.

10.- Hay que comprometerse, todas y cada una de las veces que se pueda.

Decía Tolstoi que todas las familias son desgraciada a su manera. Pero igualmente pueden ser felices. Sólo hay que ser capaz de identificar unos objetivos en común, priorizar la educación para que los niños sean los que menos sufran y tratar de crear el clima más adecuado para que la armonía y la felicidad común prosperen. ¿Fácil? No, en absoluto, pero está claro que el apoyo mutuo entre los dos progenitores, la responsabilidad compartida y el deseo de crear un hogar común lo puede todo.

Ig Tre

Fotos: Unsplash.com, Wikipedia

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Cómo y cuándo hablar sobre sexo con nuestros hijos en la era de Internet

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Educacion Sexual

Con la apertura del curso escolar saltaba la noticia en los medios sobre el nuevo programa de estudios galo para primaria y secundaria. En el programa está previsto que los profesores impartan clases de sexualidad a sus alumnos para tratar temas que van más allá de la reproducción humana, por ejemplo: qué es el clítoris y cómo funciona. Además contarán con este molde impreso en 3D de dicho órgano sexual femenino.

Molde Clitoris

Cuando comenté la noticia con un grupo de madres en la puerta del colegio de mis hijos, fue como soltar una bomba incendiaria. La mayoría de las mamás no dudaron en dar argumentos en contra: no consideraban necesario hablar del clítoris, orgasmos o del placer sexual a niños que ni siquiera habían alcanzando la pubertad. Algunas defendían que demasiada información podía incitar a los jóvenes a mantener relaciones sexuales a temprana edad; otras no le encontraban sentido alguno: “¿es necesario que los niños sepan todo sobre sexo?”.

Madre E Hija

Por una sexualidad positiva

Hemos pedido la opinión sobre el programa de educación sexual francés a Rosario Mora, sexóloga, psicóloga y terapeuta sexual de la Fundación Sexpol, uno de los centros de formación en Sexología y Educación Sexual más importantes de nuestro país.

Según la experta, “en cada etapa del desarrollo del aprendizaje y la psicología infantil hay demandas y necesidades que el sistema educativo tiene que satisfacer para el buen desarrollo de la infancia. La sexualidad no es una excepción: ayudar a que esta sea positiva es función de la escuela, por lo que considero que la educación afectiva y sexual es también responsabilidad del sistema educativo desde el mismo instante que niños y niñas entran en la escuela, siempre teniendo en cuenta lo adecuado y necesario a cada etapa del desarrollo”.

Sistema Educativo

La educación sexual en nuestro sistema educativo

Recuerdo que descubrí todo sobre el clítoris a los 14 años, gracias al artículo de una revista para adolescentes. Posiblemente ya sabía de su existencia y había jugado alguna vez con él; pero aquella publicación me ayudó a ponerle nombre a una parte de mi anatomía de la que no había hablado con nadie. Y mucho menos con mi profesor.

Nina Leyendo

Actualmente, la relación entre profesores y alumnos es más cercana que hace treinta años y el sexo sigue despertando mucha curiosidad entre los niños y “cada vez a edades más tempranas”, añade Rocío Megia (docente de un centro de educación primaria bilingüe) que se encuentra con las preguntas curiosas de los sus alumnos curso tras curso.

Normalmente, los alumnos formulan sus dudas sobre sexualidad a los profesores de Ciencias Naturales cuando llega el tan esperado tema de la reproducción. “La LOMCE no contempla la Educación Sexual en la escuela y el profesorado no está capacitado para impartir este tipo de clases”, asegura Rocío. “Los profesores tratamos de resolver sus dudas de la forma más natural posible pero, sin duda, un especialista de educación sexual cuenta con estrategias y metodología adecuada para adaptar la información a las necesidades del niño respecto a su edad”.

Además de la falta de preparación por parte del profesorado y de un proyecto educativo que contemple objetivos sobre sexualidad, son una minoría los centros educativos que imparten charlas de sexualidad y normalmente lo organiza la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento. Las materias a tratar suelen ceñirse a la prevención de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual. La aceptación de su cuerpo, cómo descubrir su sexualidad sin miedos o el respeto a la diversidad sexual son temas que no se tocan.

Así abordan los pequeños el tema de la sexualidad

Cuando mi hijo tenía 3 años, no se cortaba un pelo a la hora de preguntarme a voz en grito cómo se hacían los niños y además parecía elegir los momentos de mayor audiencia: en la cola del banco, en la sala de espera de pediatría… Ahora con 12 años de edad se pone rojo como un tomate simplemente con ver una pareja besándose en la televisión. Me pregunto qué sería de él en una clase de Educación Sexual, rodeado de sus compañeros ante el discurso del educador.

Charlar De Sexo Con Hijos

Rosario Mora de la Fundación Sexpol confirma mi teoría de que los adolescentes en su primer de un taller de educación sexual no pueden evitar el rubor, las risillas y el comentario chistoso: “sueltan la típica pregunta de si va a haber prácticas. Todo esto con cierto nerviosismo. Quieren saber y tienen muchas preguntas. Luego se van relajando, atendiendo, participando y escribiendo sus preguntas con mucho interés. Los más pequeños, sin embargo, están a la expectativa, lo toman como otra actividad más y con esa curiosidad típica de la infancia”.

Más información en Internet y más desinformación también

Internet

Ya hablamos en el artículo ‘Mami, ¿cómo me metí en tu tripita?' que los adolescentes y jóvenes gracias a internet disponen de mayor información sobre sexualidad que generaciones anteriores. Sin embargo, esa accesibilidad informativa hace más necesaria la educación afectivo-sexual dentro la escuela. “Por internet es fácil que se difundan mitos y creencias erróneas y actitudes negativas más que educar positivamente. Favorece aprendizajes insanos, infelices, insolidarios, intolerantes de la sexualidad propia y ajena”, nos advierte Mora.

¿Y los padres? ¿A favor o en contra de la educación sexual en centros educativos?

Madre E Hija

Existen las dos vertientes. Algunos padres y madres consideran que la educación sexual es una cuestión que debe abordar la familia y a una edad determinada. Estos se oponen y, por ese motivo, los centros en que se imparte talleres de educación afectivo-sexual piden el consentimiento por escrito para que puedan asistir sus hijos/as. “Afortunadamente una gran mayoría de padres tiene una postura más progresista, explica Rosario, y prefieren que la escuela ayude y resuelva las inquietudes sexuales de sus hijos porque ellos mismos no saben o bien reaccionar o cómo educar. Estos también necesitan, en muchos casos, recibir información y formación sexual para poder ayudar a sus hijos/as”.

Las Escuelas de Padres y Madres son un solución para combatir las carencias en el sistema educativo y poder resolver las inquietudes y dudas de nuestros hijos respecto al sexo. Y admitámoslo: las nuestras propias como padres para enfocar esa charla que, por otra parte, puede surgir en un vagón del metro hasta los topes de gente.

Fotos| Pixabay

En Trendencias|¿Dejamos a nuestros hijos libertad para ser niños?

¡Socorro! Mis amigas están embarazadas y estas son las nueve cosas que me rondan la cabeza

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Amigas Embarazadas

En todos los grupos de amigas llega ESE momento. Puede ser más precoz o un poco tardío, pero llega. Siempre llega. El momento en que, de repente, todas están embarazadas o ya son madres. Todas... menos tú. Sea por convicción personal o porque aún no estás en ese punto, el caso es que, donde anteayer se hablaba de cócteles y fiestas, hoy se habla de biberones y fiestas... infantiles. Y tú te sientes desubicada, la cabeza te empieza a funcionar y te rondan unas cuantas ideas locas. Muy locas.

¿Estaré equivocada yo por que no me apetezca?

Muy firmes tienen que ser las convicciones antimaternidad de una para que esta frase no nos ataque. ¿Por qué no me apetece? ¿Eh? ¿Es que estoy mal de lo mío? Nos hemos criado juntas, siempre nos ha apetecido hacer las mismas cosas, llevábamos la misma puñetera camiseta de las Spice Girls en la adolescencia, por Dios... Y, ahora, a todas les apetece tener un bebé menos a mí. ¿Qué me pasa?

Dudas

¡Oh, Dios! Me voy a quedar sola

No me apetece tener hijos. Vale. No me gustan los niños, de hecho. Vale. Pero, ¿quién me va a cuidar cuando sea mayor y no me haya encargado de tener un par de hijos que me deban una? ¿Los hijos de mis amigas? No creo. Me tiran la papilla de frutas a la cara cuando me ven. No tiene pinta de que dentro de 50 años les apetezca que les devuelva la jugada.

Nino

Me voy a morir de envidia cuando las vea con sus bebés

Me paso todo el día comprando regalos. Eso es así. Baby shower, nacimiento, bautizo, cumpleaños varios... No me quejo, ojo. Es decir, no me quejo del gasto. Me quejo de mí misma, que no puedo evitar coger esos vestiditos / zapatitos / gorritos / mantitas... y me apetece. No exactamente tener un bebé, sino tener a alguien a quien ponérselos. Y no puedo evitar pensar que el día que nos reunamos todas y las vea con sus embarazos, sus bebés y sus niños un poco más creciditos... me voy a morir de envidia.

Bebes

Soy una rara de la vida porque no me da envidia verlas con sus bebés

Entonces llega ese día y... no. Me parece todo muy bonito, pero... no. Me vuelven todas las firmes convicciones sobre la no-maternidad, me reafirmo en mi joie de vivre sin responsabilidades familiares ni horarios de baño y disfruto de mi papel de tita soltera divertida. Pero asumiendo que soy rara, eso sí.

Soltera

A ver si ahora no voy a tener con quien salir

Sábado noche. 22.30. Siete llamadas después, todas mis amigas tienen planes que no incluyen, ni por asomo, volver a las cuatro de la mañana con los tacones en la mano. ¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? ¿Cambiar de amigos? ¿Hacerme un nuevo grupo con el que salir a estas alturas de la vida? Supongo que siempre me quedará la opción de utilizar a unos amigos de transición hasta que los hijos de mis amigas tenga edad suficiente para que los saque de fiesta la tita molona. O algo así.

Salir

¿Me mirarán por encima del hombro?

Vivo con pánico a que las frases comiencen con «es que si no eres madre, no entiendes...». Y completar esos puntos suspensivos con casi cualquier cosa. Ellas han producido una vida, yo apenas tengo capacidad para montar una mesita de Ikea. Si no me miran por encima del hombro es porque son unas santas. Y, encima, saben hacer la conversión semanas-meses y meses-años sin parpadear.

Hubo un momento de mi vida en que tenía una amiga embarazada de 13 semanas, otra de 27 y otra de 31. Y yo, que soy de letras cerrada, os juro que no sabía si estaban a punto de dar a luz o aún no se les notaría la tripa. Y, después del parto, lo mismo. ¿En qué santa cabeza cabe que se diga de un niño que tiene «31 meses»?

...you are my rainbow to keep. My eyes will always be watching you; never will I lose sight of you. ❤️ #mumanddaughter #loveu #mum

Una foto publicada por ILARIA DI VAIO LANNA 🇮🇹 (@divaioilaria) el

Les tengo miedo a los bebés de mis amigas

Sí, señoritas. Yo, que me creía la más chulita del mundo, vivo aterrorizada por unos niños que aún no controlan los esfínteres. Porque a mí me apetece terminar la jornada laboral, tirarme en el sofá y tirar de teléfono. Pero, ¡ay!, ¿y si el niño está durmiendo y mi llamada lo despierta? En mi cabeza de no-madre, mis amigas pasan las horas de su vida intentando dormir a un niño que no se rinde y, cuando al fin lo consiguen, mi llamada acaba con ese remanso de paz. Y mis amigas me odian. No way!

Y más miedo aún cuando son un poco mayores

El miedo no se me pasa cuando crecen. No. Al contrario. Entonces me entra el pánico a que mis amigas no quieran que sus hijos me tengan cerca. Pánico a que se me escapen palabrotas en su presencia, en esa edad en que son como esponjas absorbentes. Pánico a que me vean tomarme tres cañas a golpe de martes y los aboque a un alcoholismo sin remedio. Pánico a que lo de la tita soltera divertida solo mole en las películas. PA-VOR.

Ninos

Siempre siento que estoy quedando fatal

Otra cosa que me da miedo. Porque, en el fondo, yo temo que acaben odiándome, cuando mis amigas están demasiado liadas con sus vidas como para dedicar tiempo a eso. Pero yo me estreso. Envían fotos de sus niños al whatsapp común y vivo con pánico a que en alguno de los envíos se me olvide añadir el «¡qué precioso está!» de rigor.

Ya me pasaba en los embarazos, cuando se quejaban de que se habían puesto tremendas. Nunca sabía si tenía que decirles que no se les notaba nada (tengo amigas de esas que llegaron al sexto mes de embarazo con cuerpo de modelo de Victoria's Secret que se ha bebido media caña) o que ya tenían barriguita (y afrontar que, en realidad, las había llamado gordas). ES-TRÉS.

Fotos

Bromas aparte, la maternidad es un momento trascendental en la vida de un grupo de amigas. Hará que nos veamos menos, que los planes sean diferentes, que los temas de conversación cambien... Pero las buenas amigas siempre tenemos una ventaja: que nada nos puede separar. Yo toleraré con buena cara que sus niños dejen algún residuo orgánico sobre mi bufanda nueva y ellas no me reprocharán demasiado que llame para contar mi último viaje cuando están liadas con la hora del baño. Porque, con la amistad auténtica, no puede ni un ejército de bebés.

Imágenes | Pixabay.

En Trendencias | "Dear friends without children", el viral para homenajear a esos amigos sin hijos que son nuestro mejor apoyo

Ig Tre

Seis años y 200.000 seguidores en Instagram. Así es el fenómeno de los 'mini Instagram models'

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Miniinsta

No se puede negar que Instagram se ha convertido en mucho más que una red social: es una verdadera plataforma de lanzamiento para quienes quieren vivir de su imagen. Las instagram models han revolucionado el mundo de la moda, con Kendall Jenner y Gigi Hadid a la cabeza. Pero el escaparate de Instagram no se limita a modelos adultas: la red social se está llenando de niñas (y también algunos niños) posando como auténticas profesionales. Son las mini insta models. Las Miss Sunshine de la generación millenial.

Quiénes son las estrellas infantiles de Instagram

Haileigh Vasquez tiene siete años y 133.000 seguidores en Instagram. Dice estar «obsesionada por la moda» y sus marcas favoritas son Dolce & Gabbana y Burberry. También dice que de mayor quiere ser diseñadora de moda, como su ídolo Karl Lagerfeld, y que le encanta que sus compañeras de colegio alaben sus outfits.

#Furdays

Una foto publicada por "Haileigh's Official Account" (@hails_world) el

La madre de Haileigh, Zulay, comenzó con esta cuenta de Instagram cuando la niña tenía 3 años. Un vestido verde y una pose muy de adulta la convirtieron en viral. Su fama ha ido creciendo desde entonces, hasta llevarla a las pasarelas en la última New York Fashion Week.

Pero Haileigh no es la única. Sus 133.000 seguidores se ven superados, curiosamente, por los de un niño, Gavin Duh, la auténtica estrella de los #instakids, con casi 200.000 followers a sus escasos seis años.

Una foto publicada por GAVIN DUH (@gavinduh) el

Existen incluso equipos de niñas que comparten cuenta, dirigidas casi siempre por sus madres. Y tienen éxito. Mucho, mucho éxito. Forever and Forava se definen en su cuenta como modelos, bailarinas y mejores amigas. Tienen 659.000 seguidores. Angie Kaiser es la madre al frente de @2sisters_angie, con 468.000 followers.

También hay tándems madre-hija, como el de Kristina y Eeva, protagonistas de la cuenta @kristinapitke, con casi 28.000 seguidores. O como @scoutfashion, con 136.000.

Una de las más jóvenes estrellas de las minimodelos de Instagram es Elle, con solo cuatro años y casi 91.000 followers. Su madre reconoce que no puede creer que tanta gente esté interesada en las fotos de su hija, que ella empezó a subir cuando la niña tenía solo cuatro o cinco meses.

Críticas, halagos y... mucho dinero

Muchas voces se alzan contra la presencia de niños en Instagram, especialmente posando como estrellas de la moda e imitando a los instagrammers más conocidos. «Para algunos padres, es mucho más que subir fotos bonitas de sus hijos. El objetivo es exponerlos, de manera que puedan conseguir una carrera en el mundo de la moda o la actuación», dice Ericka Souter, editora del portal de maternidad Mom.me.

Los padres tienen sus propias justificaciones. La madre de Haileigh, por ejemplo, explica que la ley obliga a que el 15% de los ingresos vayan a un fondo fiduiciario, mientras que el resto, en su caso, va a una cuenta de ahorros a nombre de su hija. «Si en algún momento ella decide que no quiere ser modelo y quiere ir a Harvard o al MIT, tendrá el dinero suficiente para pagarlo».

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Una foto publicada por "Haileigh's Official Account" (@hails_world) el

¿Es seguro exponer a los niños en Instagram?

Souter se pregunta por las intenciones de los seguidores de estas niñas. «Cuando tu hijo tiene 100.000 seguidores, deberías preguntarte si toda esa gente tiene buenas intenciones. ¿Son solo aficionados a la moda o hay algo más detrás? Hay casos de robos de fotos, que se han usado para material pornográfico. Es peligroso y hay gente que podría desarrollar una obsesión terrorífica por esos niños».

La madre de Haileigh tiene sus propios métodos para prevenir esto: «Me aseguro de que ella sepa que la gente que se le acerca no siempre son amigos. Tengo, además, una app que comprueba a todos los seguidores. Nunca posteo el lugar donde nos encontramos hasta que nos hemos ido de allí. Es mi forma de asegurarme de que ella esté siempre segura. Mientras pueda, lo voy a seguir controlando».

La madre de Elle, Linda Parra, reconoce que la respuesta no ha sido siempre positiva. «Algunas veces nos reprochan que no dejamos a los niños ser niños. Supongo que piensan que yo la visto y no es una niña normal, pero sí lo es. A ella le gusta jugar con la ropa. Yo nunca le pondría nada con lo que no se sienta cómoda». En su caso, ha decidido no aceptar dinero por la cuenta de su hija. Ni quiere que deje de ser solo un hobby ni quiere que sus seguidores crean que les está vendiendo algo.

Imágenes | Instagram.

En Trendencias | Las futuras top models están en Instagram, así las busca la agencia de modelos IMG

Ig Tre

Barbie da el pecho para romper algunos estigmas de la maternidad

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barbie dando el pecho

La artista Betty Stratchan trabaja arreglando muñecas, además de ser la madre de dos niños. Harta de las miradas de reprobación que recibía cuando daba de mamar en público, decidió crear esta Barbie para eliminar los estigmas sociales que existen en referencia a dar el pecho y educar a los niños en los diferentes aspectos de la maternidad.

Con este objetivo en mente, Betty Stratchan ha creado la Mamas Worldwide Barbie, una muñeca que se sale de su zona de comfort llena de lujo, piernas largas y melenas impolutas para reflejar la experiencia de tener un hijo, con sus ojeras, su cara lavada, su pelo recogido y sus leggings de estar en casa.

"La decisión de hacer una muñeca que da el pecho no llegó de forma consciente. Soy miembro de un grupo de madres que me da mucho apoyo y sentí que podía representarlo cuando estaba arreglando la cara de esta Barbie. Al fin y al cabo, educar a los niños es la mejor forma de eliminar estigmas sociales" dijo la creadora de esta Barbie al Huffington Post.

Ig Tre

Fotos | @allthelittledolls.

En Trendencias | Ashley Graham ya tiene su propia muñeca Barbie... con sus medidas reales, por supuesto.

Niños dando lecciones de solidaridad. ¿Y si pudiéramos aprender de ellos más de lo que les enseñamos?

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Ninos Solidarios

La solidaridad es un tema muy personal. Lo que cada persona es capaz de hacer por los demás está condicionado por muchos factores, como su circunstancia personal o las experiencias pasadas. Probablemente el mundo sea hoy más solidario que nunca. Eso es una buena noticia. Pero mejor todavía es pensar en que nuestros hijos serán mejores que nosotros. Porque, en los niños, la solidaridad es mucho más que una palabra. Algo más que un comportamiento consciente y aprendido. La solidaridad, en ellos, es natural. Instintiva. Inocente. Hemos encontrado ejemplos que nos han puesto la piel de gallina. Niños en los que fijarnos para crecer como adultos. Lecciones que aprender.

El niño que no paró hasta conseguir que su amigo discapacitado pudo subirse al columpio

Felipe es un niño argentino con una discapacidad motora que lo obliga a desplazarse con ayuda de un andador. Y Augusto es su amigo, que quiere jugar con él en un columpio doble y no ceja en su empeño hasta que consigue ayudarlo a subir a él. El vídeo se ha hecho viral en los últimos días y ha emocionado a medio mundo.

¿A qué adultos les da una lección? A todos esos insolidarios que siguen aparcando en los sitios reservados a minusválidos, por ejemplo.

¿Qué hemos aprendido? Que algunas personas necesitan un poco más nuestra ayuda que otras, pero que a un amigo nunca se le deja de lado.

Niños que se dejan crecer el pelo durante años para donarlo a enfermos de cáncer

Thomas Moore es un niño americano que, un día, vio a su madre conmocionada después de ver en internet el vídeo de una niña de cinco años que había perdido todo su pelo por un tratamiento de quimioterapia. La decisión de Thomas fue dejarse crecer el pelo durante dos años, lo cual fue suficiente para crear tres pelucas para enfermos de cáncer.

El caso de Vinny Desautels es muy similar y, al mismo tiempo, una prueba de lo cruel que puede ser a veces el destino. Vinny se dejó crecer el pelo 33 centímetros entre los 7 y los 9 años para donarlo a enfermos de cáncer. En ese tiempo, tuvo que afrontar incluso el bullying de alguno de sus compañeros de colegio, por parecer una niña. Lo triste del caso es que, poco después de conseguir su objetivo, a él mismo le fue diagnosticado un cáncer en estado avanzado, contra el que sigue batallando.

¿A qué adultos les da una lección? A quienes piensan que la solidaridad está reservada a personas con una situación económica boyante. Pelo... tenemos (casi) todos.

¿Qué hemos aprendido? Que todos podemos encontrar una manera de ayudar.

La niña que creó una ONG para llevar libros a los albergues para personas sin hogar

Mackenzie Bearup tenía 13 años cuando empezó a recaudar libros para albergues de personas sin hogar y de niños que han sufrido violencia o abusos sexuales. Ella misma sabía la importancia de buscar refugio en los libros, pues había pasado tres años con dolor crónico, en los que la lectura fue su mejor medicina. Unos cuantos años después, su pequeño proyecto se había convertido en Sheltering Books, una ONG que ya ha repartido más de 150.000 libros por albergues de todo Estados Unidos.

Books

¿A qué adultos les da una lección? A quienes creen que el dinero lo es todo.

¿Qué hemos aprendido? Que una experiencia propia puede aplicarse para ayudar a los demás.

El niño que recaudó casi 250.000 euros para los damnificados del terremoto de Haití

Charlie Simpson era un niño de 7 años en 2010, cuando un fuerte terremoto devastó Haití. Pese a su corta edad, se propuso recaudar 500 libras para ayudar a comprar comida, agua y tiendas de campaña. Para ello, creó una campaña para recorrer 8 kilómetros en bicicleta contando con patrocinadores que donaran el dinero. Lo que nadie imaginaba era que la página a través de la que se organizaba la recaudación llegara a 211.936 libras.

Charlie

¿A qué adultos les da una lección? A los que han perdido la esperanza de poder marcar una diferencia.

¿Qué hemos aprendido? Que, si nosotros damos lo mejor de nosotros mismos, la sociedad responderá de maneras que ni siquiera podíamos imaginar.

El niño amputado que prestó una muleta a su amigo para que pudiera ver el fútbol

No todos los actos solidarios tienen un objetivo gradioso o que vaya a mejorar las vidas de muchas personas. Y tampoco les hace falta para emocionarnos. A veces, un niño solo quiere que su amigo vea con él un partido de fútbol. ¿Hay algo más infantil que eso?

Santiago es un niño argentino de 10 años que perdió una pierna debido a una malformación genética. Fanático de Rácing de Avellaneda, no se quiso perder la despedida de su ídolo, Diego Milito. Un muro demasiado alto le impedía ver, así que se subió a una de sus muletas. Pero, entonces, se dio cuenta de que su amigo se lo estaba perdiendo y le prestó la otra. La imagen de ambos dio la vuelta al mundo. Unos meses después, el club le regaló a Santiago la prótesis que le ha permitido llevar una vida normal y hasta jugar a su deporte favorito.

Nino Muletas

¿A qué adultos les da una lección? A quienes es escudan en sus propios problemas para no ayudar a los demás.

¿Qué hemos aprendido? Que la solidaridad siempre tiene recompensa, de una u otra manera.

La niña que quiso conseguir la paz a través de un puesto de limonada

Jayden Sink es una niña de 5 años que salió un domingo de la iglesia un poco impresionada por el sermón sobre las guerras y la paz mundial. Decidió hacer algo en el momento y montó un puesto de limonada allí mismo, pidiendo un donativo de 1 dólar por vaso. No solo consiguió recaudar 400 dólares en ese mismo día, sino que se creó una campaña online que añadió otros 1.000 y que, hoy en día, va ya por más de 25.000.

Lemonade

¿A qué adultos les da una lección? A quienes han dejado que palabras como paz o solidaridad se conviertan en clichés más que en objetivos por conseguir.

¿Qué hemos aprendido? Que hasta un vaso de limonada puede ayudar a hacer del mundo un lugar mejor.

El niño que creó un canal de YouTube para ayudar a otros niños con diabetes

Tim Crosby es un niño de 6 años, diagnosticado de diabetes desde los 2, que decidió crear un canal de YouTube para explicar a otros niños en su situación, compartir experiencias y que no se sientan solos ni discriminados por su enfermedad.

¿A qué adultos les da una lección? A quienes creen que la edad, o cualquier otra limitación, es una excusa para no ser solidarios.

¿Qué hemos aprendido? Que, cuando algo nos vaya mal, siempre podremos encontrar la empatía de otros... aunque sea a través de YouTube.

La niña que creó una app para que nadie volviera a comer solo en el instituto.

Os contábamos esta historia la semana pasada. Natalie Hampton, de 16 años, creó una app después de pasarse un año comiendo sola en la cafetería de su instituto, para que a ningún compañero, ni en el suyo ni en ningún otro centro escolar, les pasara lo mismo. La app ayuda a unir a estudiantes que están solos en esa circunstancia.

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¿A qué adultos les da una lección? A los que no hacen ningún esfuerzo por integrar a los demás.

¿Qué hemos aprendido? Que, a veces, los propios protagonistas hacen más por evitar el bullying que quienes tienen más herramientas para conseguirlo.

Imágenes | Unsplash.

En Trendencias | La conmovedora historia de un niño autista sin amigos... y cómo a través de Facebook consiguió cumplir su sueño de tenerlos

Ig Tre

Campbell Remess solo tiene 12 años, pero dedica su tiempo libre a coser osos de peluche para los niños enfermos

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Nino Peluches

Campbell Remess es un niño australiano de solo 12 años con muchas ganas de ayudar a los demás. Así que, hace tres años, tuvo una idea: comprar juguetes para todos los niños ingresados en el hospital durante la Navidad. Las malas noticias llegaron cuando su madre le dijo que, desgraciadamente, no podían permitírselo. ¿Detuvo eso a Campbell? No, por supuesto que no. Si no podía comprarlos... tendría que hacerlos él mismo.

Campbell se puso manos a la obra. Intentó fabricar juguetes, pero no fue capaz, así que decidió que unos osos de peluche serían más sencillos. Creó él mismo los patrones, a pesar de no haber cosido nunca. El oso de peluche que creó no tenía demasiado buen aspecto, pero eso no impidió que siguiera intentándolo. Desde hace tres años, cose un oso de peluche al día. «Si Campbell ve a alguien triste, siente la necesidad de solucionarlo», dice su madre.

Campbell Remess

Campbell cuenta con su propia página en Facebook, administrada por su madre: Project 365 by Campbell. En ella, algunos usuarios han organizado recogidas de fondos, porque el proyecto de Campbell, aunque sigue centrado en los niños hospitalizados, no ha dejado de crecer. Ahora también hace osos para los padres de esos niños, para intentar confortarlos en los momentos difíciles, e incluso ha enviado sus peluches a lugares afectados por atentados terroristas, como Bruselas o París.

Imágenes | YouTube.

En Trendencias | Niños dando lecciones de solidaridad. ¿Y si pudiéramos aprender de ellos más de lo que les enseñamos?

Ig Tre

¿Dejamos a nuestros hijos libertad para ser niños?

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Ya lo hablamos hace unas semanas en este artículo que escribimos sobre Hiperpaternidad: algunos padres están tan obsesionados con construirles la vida perfecta a sus hijos y con mantenerles a salvo de todos los peligros que les están protegiendo demasiado y coartando su libertad para desarrollarse como personas libres e independientes.

Y sobre todo, les están impidiendo vivir una infancia con normalidad, cometer trastadas, equivocarse, meterse en líos, eludir responsabilidades,... ¿Deberían darles más libertad para que disfrutaran de la niñez sin controlarles tanto? ¿Y hasta qué punto se puede estirar esa libertad?

Dar a nuestros hijos libertad es mucho más que dejarles jugar a su aire, es asentar las bases para que el día de mañana se conviertan en adultos libres y seguros de sí mismos.

Pero a algunos les cuesta soltar el hilo y dar ese paso. Y cuando alguien traspasa esa frontera y confía en su hijo para que ayude en casa o sea algo autónomo, le llueven las críticas. O cuando algunos padres protestan porque tienen demasiados deberes y están perdiendo la infancia.

El coste de prepararlos para una vida perfecta

Y no, no nos referimos a lo que nos cuestan todas las actividades extra-escolares al final del mes (que sí, en muchos casos es para echarse a temblar), sino de las terribles agendas a las que someten a sus hijos algunos padres, casi como si fueran las de un adulto.

Pero por otra parte, con toda esa preparación tremenda encima, una educación privilegiada, se trata de niños que lo tendrán difícil como adultos, porque se pasan a la hora de supervisarlos, les respaldan en exceso y no les ponen suficientes límites. Niños tiranos con muchos derechos y sin ninguna obligación.

Por otra parte, tanta actividad extraescolar y estimulación para conseguir que los niños se conviertan en adultos en éxito les quita tiempo para jugar. Y no podemos evitar preguntarnos si al hacerlo así les estamos robando también esa parte de la infancia, de la importancia del juego no dirigido para los niños. Si ese es el verdadero coste a pagar.

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Ellos también nos dan alguna pequeña pista para que seamos conscientes de que es necesario dejarles más libertad: "yo creo que la cantidad actual de miedos infantiles,que están detectando los expertos y que se han convertido en casi una epidemia en esos tiempos", nos explica Eva Millet, periodista, madre de dos niños, responsable de la web Educa2 y autora del libro Hiperpaternidad.

Según esta experta "es la principal señal de alarma de esta falta de autonomía producida por estas crianzas "híper". La tendencia de los hiperpadres es ocultarles, maquillarles, evitarles los miedos: si un niño tiene miedo a los perros y ve un perro, los papás le cruzarán la calle de inmediato para evitarle ese momento de "enfrentamiento" (vital para superar el miedo). O (y este es un caso real!), si una niña de 10 años no ha tirado la cadena del WC en su vida porque "le da miedo el ruido" sus diligentes y bienintencionados papás se la tirarán por ella cada vez que vaya al baño. La valentía es una habilidad que requiere educarse, y es tan o más importante que el inglés o las matemáticas".

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Pero también puede pasar con el juego. Algunos progenitores se empeñan en manejar también esa área de sus vidas, no dejándoles libertad para hacer las cosas a su manera o aburrirse.

Salvador Rodríguez Ojaos, pedagogo, formador y autor del blog de reflexión educativa El Blog de Salvaroj nos comenta que "en edades tempranas, el juego nunca es una pérdida de tiempo, ni un simple entretenimiento. El juego, además de facilitar el desarrollo de las capacidades motoras, es un acto fundamental para la formación de habilidades y destrezas, para la adquisición de valores, para el desarrollo de la inteligencia racional y la inteligencia emocional".

En definitiva, los profesionales recomiendan este juego no dirigido: "con el juego, los niños y las niñas experimentan, comparten, pierden, ganan, aprenden a anticiparse, a concentrarse, a ser imaginativos, a ser creativos, a ser curiosos. Todos estos aprendizajes son esenciales para el futuro desarrollo de la personalidad y para una adecuada adquisición del aprendizaje", nos explica Salvador.

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La falsa libertad tampoco es una opción

También está el otro extremo. El que nos recuerda Eva Millet, el de niños criados en una "falsa libertad": "los (de nuevo) bienintencionados padres, en nombre de una democracia familiar mal entendida, les preguntan TODO a los niños desde muy pequeños (a menudo preguntas que no están capacitados para contestar o que no les toca a ellos contestar como ¿qué quieres cenar?, ¿dónde quieres sentarse?, ¿quieres irte a dormir?, ¿vestirte?, ¿bañarte?, ¿tomar un Dalsy?), pero otro lado (y ahí está la contradicción), hacen sistemáticamente todo por ellos, no les dan armas para que sean personas libres y autónomas (que esa es la verdadera libertad)", aclara.

"No se trata de volver a la dictadura, ojo sino de dar unas normas para crear esa atmósfera tranquila y organizada donde el niño se sentirá seguro, acompañado pero no agobiado por sus padres y podrá desarrollarse como persona." Eva Millet.

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Maribel Martínez, una psicóloga del Centro de Psicología y del Lenguaje que reivindica la sana desatención, el observar sin intervenir, nos comentaba como un poco escandalizada cómo los padres preguntaban a los niños que acudían a su consulta cuándo querían volver a tener cita con ella: "como si ellos decidiesen la agenda familiar o tuviesen capacidad para negarse a tener la cita o no".

Libertad y límites, una combinación equilibrada y necesaria

En conclusión, según nos cuenta Eva Millet los niños necesitan libertad, pero no para decidir que cenan sino en el sentido de tener tiempo libre para observar, pensar, para aburrirse, para escoger a lo que quieren jugar y qué amigos invitar a la fiesta. Para ser niños. Y curiosamente, para ejercer esta libertad también precisan de LIMITES, de normas y rutinas, unos conceptos completamente demodé en estos tiempos. Los límites son como agua de Mayo, todos los expertos con dos dedos de frente en educación los reivindican: "les ayudan a ser más seguros y a desarrollar su autonomía, a saber que después de bañarse, a tal hora, podrán jugar un ratito a lo que les de le gana y después cenarán lo que sus papás (que deberían saber más que ellos de nutrición) les han preparado para cenar y que, antes de acostarse, normalmente a la misma hora, uno de los dos les leerá un cuento."

¿Cuál es la solución? ¿Cómo buscamos ese equilibrio? Los especialistas recomiendan no estar todo el día pendientes de los niños, darles libertad y autonomía, que se aburran, que intenten resolver los problemas y dificultades por su cuenta... y se equivoquen. Todas las veces que sea necesario.

En definitiva, dejarles ser ellos mismos, jugar y hacer el tonto, pero también darles responsabilidad sobre sus deberes y obligaciones tanto en el colegio como en casa.

Resulta difícil, claro. Pero si nos excedemos con nuestras atenciones, podemos acabar llevando a nuestro hijo de la mano a la Universidad, terminando sus relaciones de pareja por él o regañando a sus jefes en su primer trabajo. ¿De verdad es ese el futuro que queremos para ellos?

Ig Tre

Fotos| The Nanny Diaries, Unsplash.com, Lemmonade, GTres

En Trendencias|Hiperpaternidad o cómo fastidiar el futuro de tus hijos por protegerles demasiado


Las nuevas familias necesitan una nueva forma de relacionarse: manual de etiqueta para familias del Siglo XXI

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Photo 1464254654104 C690d2e93424 Está claro que ya no existe un único modelo de familia sino muchos modelos totalmente nuevos. Y ninguno es igual al otro, y cada uno de ellos presenta también nuevos retos y muchas preguntas que no nos habíamos planteado antes.

Relacionarnos con los hijos de nuestra nueva pareja, con sus ex o explicarles a nuestros propios hijos el cambio de la situación requiere nuevas normas y reglas, una nueva etiqueta.

Según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística, la media de duración de un matrimonio en España es de 15,8 años, el número de divorcios se ha incrementado en un 5,6% en los últimos años, el de separaciones un 5,6% y el de nulidades, un 2,7%. Eso sin contabilizar las rupturas de las parejas de hecho, una fórmula cada vez más popular entre las parejas y que no se ha contemplado.

Además, según este último estudio, hasta en el 69,9% de los casos en los que hubo niños implicados la custodia fue otorgada a la madre, pero la custodia compartida gana peso y ya se concede en uno de cada cuatro divorcios, cuando en el año 2007 sólo ocurría en el 9,7% de los casos. Estamos hablando de una subida de hasta quince puntos en los últimos ocho años. Photo 1461150540146 5ab817ad5a13

No hay ninguna duda de que estamos ante una nueva realidad. Una realidad en la que ya no hay presente un sólo modelo familiar, sino que nos encontramos con muchas variaciones del tradicional: padres solteros con niños, familias separadas que han vuelto a casarse, matrimonios de parejas homosexuales, parejas de hecho que conviven con los hijos del matrimonio anterior de uno de ellos…

Un nuevo escenario requiere una nuevas reglas

Entender este nuevo escenario requiere de toda nuestra empatía y comprensión, sobre todo a la hora de tratar con los niños y ayudarles a superar esa transición en algunos casos donde ha habido una separación o la muerte de uno de los cónyuges.

Según estos mismos datos, en las nuevas familias que se forman tras estas separaciones y divorcios, la proporción de mujeres con hijos es más alta que la de hombres, pues muchas veces en los procesos de divorcio los niños quedan en manos de la madre y no del padre. Photo 1462598433584 D7ffa5a70489

Las nuevas familias reconstituidas necesitan apostar por crear una organización familiar corresponsable en ese nuevo escenario de convivencia, teniendo en cuenta que los hijos pueden estar unas semanas y otras no, que hay muchas posibilidades de que ambos adultos trabajen y tengan que compartir la responsabilidad doméstica, pero también el cuidado de los menores, acompañarles al médico, hablar con sus profesores, responsabilizarse de sus actividades de ocio y extra-escolares, que a veces habrá que discutir opciones muy personales con una tercera persona (el otro progenitor) que no está presente, hacer encaje de bolillos con las fechas de todo el mundo, y por supuesto, también no olvidemos que puede que haya hijos en común e hijos de otras relaciones.

Y aunque, especialmente las madrastras y también los padrastros han tenido muy mala fama gracias (o más bien, todo lo contrario) a la literatura tradicional, hoy en día cualquier persona que inicia una relación sabe que tiene que adaptarse a las circunstancias que trae la otra persona. Y a veces esas circunstancias pueden ser complicadas.

Diez normas de buen comportamiento y urbanidad para las familias del siglo XXI

El primer paso fundamental para afrontar las relaciones en los nuevos modelos de familia es contar con el nivel adecuado de respeto, comprensión, empatía y, especialmente, de cariño.

La verdad es que el cariño es la clave para que todo fluya, tener muy claro que cuando quieres a una persona es importante que quieras a quién más quiere esa persona en el mundo. Vamos, a sus hijos.

Pero además del amor, hay una serie de consejos de etiqueta a seguir que puede facilitar la convivencia en un hogar .

Por ejemplo, Jann Blackstone y Shary Jupe, los autores de Ex-Etiquette for Parents: Good Behavior After a Divorce or Separation hablan de diez normas básicas, basiquísimas de etiqueta (o ex-etiqueta, como dicen ellos):

1.- Poner primero a los niños.

Los niños necesitan tiempo para asumir la separación o la pérdida. Hay que respetarlo y ponerse en su lugar. No forzar la cercanía, dar a los niños tiempo para crear esos lazos afectivos y priorizar primero la cercanía verbal, hasta que la cercanía física surja espontáneamente.

 It Seems Cliche But Love Makes A Family Love Is What Makes Our Family We Re Just Two Working Moms With Two Four Year Olds Full Of Energy Flickr The Central Intelligence Agency

2.- Pedir ayuda cuando realmente se necesite.

A la familia. A la ex pareja. A la familia de la ex pareja. Ayuda profesional. Lo que sea necesario. El momento lo requiere y se trata de una inversión a largo plazo.

3.- No hablar mal de nadie. Especialmente no hablar de más o en contra de los ex delante de los niños. Al contrario: hay que intentar fomentar que estén bien con ese otro progenitor que no convive en el hogar, reconocer su papel e importancia, y apoyar toda la comunicación y el contacto constante.

4.- Los padres biológicos hacen las normas, los padrastros les apoyan.

Lo ideal: ser parte de la solución, no del problema y apoyar a la otra persona en las decisiones que tome a la hora de educar a sus hijos. Los padrastros tienen que encontrar su nicho poco a poco. Es decir, no es bueno forzar ejercer de padre de un día para otro. La autoridad hay que ganársela poco a poco, día a día y de manera natural.

5.- No ser malintencionado.

E intentar que sentimientos como los celos, el resentimiento, el odio o la furia se interpongan en las relaciones y se hagan con el protagonismo en las conversaciones.

6.- La empatía es la herramienta para solucionar los problemas.

7.- Ser honestos y sinceros.

8.- Fuera el rencor.

Para muchas personas es difícil tener que hablar con su antigua pareja, pero por el bien de los niños es necesario anteponer las necesidades de los adultos a las suyas.

9.- Respecta el santuario del otro, su lugar en la familia, su espacio personal.

Antes de lanzarse a la aventura acordar la forma del escenario: desde el lugar para vivir, cómo compartir el dinero, las normas de convivencia, los roles de cada uno, las funciones de cada uno, etc.

10.- Hay que comprometerse, todas y cada una de las veces que se pueda.

Decía Tolstoi que todas las familias son desgraciada a su manera. Pero igualmente pueden ser felices. Sólo hay que ser capaz de identificar unos objetivos en común, priorizar la educación para que los niños sean los que menos sufran y tratar de crear el clima más adecuado para que la armonía y la felicidad común prosperen. ¿Fácil? No, en absoluto, pero está claro que el apoyo mutuo entre los dos progenitores, la responsabilidad compartida y el deseo de crear un hogar común lo puede todo.

Ig Tre

Fotos: Unsplash.com, Wikipedia

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Cómo y cuándo hablar sobre sexo con nuestros hijos en la era de Internet

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Educacion Sexual

Con la apertura del curso escolar saltaba la noticia en los medios sobre el nuevo programa de estudios galo para primaria y secundaria. En el programa está previsto que los profesores impartan clases de sexualidad a sus alumnos para tratar temas que van más allá de la reproducción humana, por ejemplo: qué es el clítoris y cómo funciona. Además contarán con este molde impreso en 3D de dicho órgano sexual femenino.

Molde Clitoris

Cuando comenté la noticia con un grupo de madres en la puerta del colegio de mis hijos, fue como soltar una bomba incendiaria. La mayoría de las mamás no dudaron en dar argumentos en contra: no consideraban necesario hablar del clítoris, orgasmos o del placer sexual a niños que ni siquiera habían alcanzando la pubertad. Algunas defendían que demasiada información podía incitar a los jóvenes a mantener relaciones sexuales a temprana edad; otras no le encontraban sentido alguno: “¿es necesario que los niños sepan todo sobre sexo?”.

Madre E Hija

Por una sexualidad positiva

Hemos pedido la opinión sobre el programa de educación sexual francés a Rosario Mora, sexóloga, psicóloga y terapeuta sexual de la Fundación Sexpol, uno de los centros de formación en Sexología y Educación Sexual más importantes de nuestro país.

Según la experta, “en cada etapa del desarrollo del aprendizaje y la psicología infantil hay demandas y necesidades que el sistema educativo tiene que satisfacer para el buen desarrollo de la infancia. La sexualidad no es una excepción: ayudar a que esta sea positiva es función de la escuela, por lo que considero que la educación afectiva y sexual es también responsabilidad del sistema educativo desde el mismo instante que niños y niñas entran en la escuela, siempre teniendo en cuenta lo adecuado y necesario a cada etapa del desarrollo”.

Sistema Educativo

La educación sexual en nuestro sistema educativo

Recuerdo que descubrí todo sobre el clítoris a los 14 años, gracias al artículo de una revista para adolescentes. Posiblemente ya sabía de su existencia y había jugado alguna vez con él; pero aquella publicación me ayudó a ponerle nombre a una parte de mi anatomía de la que no había hablado con nadie. Y mucho menos con mi profesor.

Nina Leyendo

Actualmente, la relación entre profesores y alumnos es más cercana que hace treinta años y el sexo sigue despertando mucha curiosidad entre los niños y “cada vez a edades más tempranas”, añade Rocío Megia (docente de un centro de educación primaria bilingüe) que se encuentra con las preguntas curiosas de los sus alumnos curso tras curso.

Normalmente, los alumnos formulan sus dudas sobre sexualidad a los profesores de Ciencias Naturales cuando llega el tan esperado tema de la reproducción. “La LOMCE no contempla la Educación Sexual en la escuela y el profesorado no está capacitado para impartir este tipo de clases”, asegura Rocío. “Los profesores tratamos de resolver sus dudas de la forma más natural posible pero, sin duda, un especialista de educación sexual cuenta con estrategias y metodología adecuada para adaptar la información a las necesidades del niño respecto a su edad”.

Además de la falta de preparación por parte del profesorado y de un proyecto educativo que contemple objetivos sobre sexualidad, son una minoría los centros educativos que imparten charlas de sexualidad y normalmente lo organiza la Concejalía de Sanidad del Ayuntamiento. Las materias a tratar suelen ceñirse a la prevención de embarazos no deseados y de enfermedades de transmisión sexual. La aceptación de su cuerpo, cómo descubrir su sexualidad sin miedos o el respeto a la diversidad sexual son temas que no se tocan.

Así abordan los pequeños el tema de la sexualidad

Cuando mi hijo tenía 3 años, no se cortaba un pelo a la hora de preguntarme a voz en grito cómo se hacían los niños y además parecía elegir los momentos de mayor audiencia: en la cola del banco, en la sala de espera de pediatría… Ahora con 12 años de edad se pone rojo como un tomate simplemente con ver una pareja besándose en la televisión. Me pregunto qué sería de él en una clase de Educación Sexual, rodeado de sus compañeros ante el discurso del educador.

Charlar De Sexo Con Hijos

Rosario Mora de la Fundación Sexpol confirma mi teoría de que los adolescentes en su primer de un taller de educación sexual no pueden evitar el rubor, las risillas y el comentario chistoso: “sueltan la típica pregunta de si va a haber prácticas. Todo esto con cierto nerviosismo. Quieren saber y tienen muchas preguntas. Luego se van relajando, atendiendo, participando y escribiendo sus preguntas con mucho interés. Los más pequeños, sin embargo, están a la expectativa, lo toman como otra actividad más y con esa curiosidad típica de la infancia”.

Más información en Internet y más desinformación también

Internet

Ya hablamos en el artículo ‘Mami, ¿cómo me metí en tu tripita?' que los adolescentes y jóvenes gracias a internet disponen de mayor información sobre sexualidad que generaciones anteriores. Sin embargo, esa accesibilidad informativa hace más necesaria la educación afectivo-sexual dentro la escuela. “Por internet es fácil que se difundan mitos y creencias erróneas y actitudes negativas más que educar positivamente. Favorece aprendizajes insanos, infelices, insolidarios, intolerantes de la sexualidad propia y ajena”, nos advierte Mora.

¿Y los padres? ¿A favor o en contra de la educación sexual en centros educativos?

Madre E Hija

Existen las dos vertientes. Algunos padres y madres consideran que la educación sexual es una cuestión que debe abordar la familia y a una edad determinada. Estos se oponen y, por ese motivo, los centros en que se imparte talleres de educación afectivo-sexual piden el consentimiento por escrito para que puedan asistir sus hijos/as. “Afortunadamente una gran mayoría de padres tiene una postura más progresista, explica Rosario, y prefieren que la escuela ayude y resuelva las inquietudes sexuales de sus hijos porque ellos mismos no saben o bien reaccionar o cómo educar. Estos también necesitan, en muchos casos, recibir información y formación sexual para poder ayudar a sus hijos/as”.

Las Escuelas de Padres y Madres son un solución para combatir las carencias en el sistema educativo y poder resolver las inquietudes y dudas de nuestros hijos respecto al sexo. Y admitámoslo: las nuestras propias como padres para enfocar esa charla que, por otra parte, puede surgir en un vagón del metro hasta los topes de gente.

Fotos| Pixabay

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¡Socorro! Mis amigas están embarazadas y estas son las nueve cosas que me rondan la cabeza

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Amigas Embarazadas

En todos los grupos de amigas llega ESE momento. Puede ser más precoz o un poco tardío, pero llega. Siempre llega. El momento en que, de repente, todas están embarazadas o ya son madres. Todas... menos tú. Sea por convicción personal o porque aún no estás en ese punto, el caso es que, donde anteayer se hablaba de cócteles y fiestas, hoy se habla de biberones y fiestas... infantiles. Y tú te sientes desubicada, la cabeza te empieza a funcionar y te rondan unas cuantas ideas locas. Muy locas.

¿Estaré equivocada yo por que no me apetezca?

Muy firmes tienen que ser las convicciones antimaternidad de una para que esta frase no nos ataque. ¿Por qué no me apetece? ¿Eh? ¿Es que estoy mal de lo mío? Nos hemos criado juntas, siempre nos ha apetecido hacer las mismas cosas, llevábamos la misma puñetera camiseta de las Spice Girls en la adolescencia, por Dios... Y, ahora, a todas les apetece tener un bebé menos a mí. ¿Qué me pasa?

Dudas

¡Oh, Dios! Me voy a quedar sola

No me apetece tener hijos. Vale. No me gustan los niños, de hecho. Vale. Pero, ¿quién me va a cuidar cuando sea mayor y no me haya encargado de tener un par de hijos que me deban una? ¿Los hijos de mis amigas? No creo. Me tiran la papilla de frutas a la cara cuando me ven. No tiene pinta de que dentro de 50 años les apetezca que les devuelva la jugada.

Nino

Me voy a morir de envidia cuando las vea con sus bebés

Me paso todo el día comprando regalos. Eso es así. Baby shower, nacimiento, bautizo, cumpleaños varios... No me quejo, ojo. Es decir, no me quejo del gasto. Me quejo de mí misma, que no puedo evitar coger esos vestiditos / zapatitos / gorritos / mantitas... y me apetece. No exactamente tener un bebé, sino tener a alguien a quien ponérselos. Y no puedo evitar pensar que el día que nos reunamos todas y las vea con sus embarazos, sus bebés y sus niños un poco más creciditos... me voy a morir de envidia.

Bebes

Soy una rara de la vida porque no me da envidia verlas con sus bebés

Entonces llega ese día y... no. Me parece todo muy bonito, pero... no. Me vuelven todas las firmes convicciones sobre la no-maternidad, me reafirmo en mi joie de vivre sin responsabilidades familiares ni horarios de baño y disfruto de mi papel de tita soltera divertida. Pero asumiendo que soy rara, eso sí.

Soltera

A ver si ahora no voy a tener con quien salir

Sábado noche. 22.30. Siete llamadas después, todas mis amigas tienen planes que no incluyen, ni por asomo, volver a las cuatro de la mañana con los tacones en la mano. ¿Y ahora qué se supone que tengo que hacer? ¿Cambiar de amigos? ¿Hacerme un nuevo grupo con el que salir a estas alturas de la vida? Supongo que siempre me quedará la opción de utilizar a unos amigos de transición hasta que los hijos de mis amigas tenga edad suficiente para que los saque de fiesta la tita molona. O algo así.

Salir

¿Me mirarán por encima del hombro?

Vivo con pánico a que las frases comiencen con «es que si no eres madre, no entiendes...». Y completar esos puntos suspensivos con casi cualquier cosa. Ellas han producido una vida, yo apenas tengo capacidad para montar una mesita de Ikea. Si no me miran por encima del hombro es porque son unas santas. Y, encima, saben hacer la conversión semanas-meses y meses-años sin parpadear.

Hubo un momento de mi vida en que tenía una amiga embarazada de 13 semanas, otra de 27 y otra de 31. Y yo, que soy de letras cerrada, os juro que no sabía si estaban a punto de dar a luz o aún no se les notaría la tripa. Y, después del parto, lo mismo. ¿En qué santa cabeza cabe que se diga de un niño que tiene «31 meses»?

...you are my rainbow to keep. My eyes will always be watching you; never will I lose sight of you. ❤️ #mumanddaughter #loveu #mum

Una foto publicada por ILARIA DI VAIO LANNA 🇮🇹 (@divaioilaria) el

Les tengo miedo a los bebés de mis amigas

Sí, señoritas. Yo, que me creía la más chulita del mundo, vivo aterrorizada por unos niños que aún no controlan los esfínteres. Porque a mí me apetece terminar la jornada laboral, tirarme en el sofá y tirar de teléfono. Pero, ¡ay!, ¿y si el niño está durmiendo y mi llamada lo despierta? En mi cabeza de no-madre, mis amigas pasan las horas de su vida intentando dormir a un niño que no se rinde y, cuando al fin lo consiguen, mi llamada acaba con ese remanso de paz. Y mis amigas me odian. No way!

Y más miedo aún cuando son un poco mayores

El miedo no se me pasa cuando crecen. No. Al contrario. Entonces me entra el pánico a que mis amigas no quieran que sus hijos me tengan cerca. Pánico a que se me escapen palabrotas en su presencia, en esa edad en que son como esponjas absorbentes. Pánico a que me vean tomarme tres cañas a golpe de martes y los aboque a un alcoholismo sin remedio. Pánico a que lo de la tita soltera divertida solo mole en las películas. PA-VOR.

Ninos

Siempre siento que estoy quedando fatal

Otra cosa que me da miedo. Porque, en el fondo, yo temo que acaben odiándome, cuando mis amigas están demasiado liadas con sus vidas como para dedicar tiempo a eso. Pero yo me estreso. Envían fotos de sus niños al whatsapp común y vivo con pánico a que en alguno de los envíos se me olvide añadir el «¡qué precioso está!» de rigor.

Ya me pasaba en los embarazos, cuando se quejaban de que se habían puesto tremendas. Nunca sabía si tenía que decirles que no se les notaba nada (tengo amigas de esas que llegaron al sexto mes de embarazo con cuerpo de modelo de Victoria's Secret que se ha bebido media caña) o que ya tenían barriguita (y afrontar que, en realidad, las había llamado gordas). ES-TRÉS.

Fotos

Bromas aparte, la maternidad es un momento trascendental en la vida de un grupo de amigas. Hará que nos veamos menos, que los planes sean diferentes, que los temas de conversación cambien... Pero las buenas amigas siempre tenemos una ventaja: que nada nos puede separar. Yo toleraré con buena cara que sus niños dejen algún residuo orgánico sobre mi bufanda nueva y ellas no me reprocharán demasiado que llame para contar mi último viaje cuando están liadas con la hora del baño. Porque, con la amistad auténtica, no puede ni un ejército de bebés.

Imágenes | Pixabay.

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Ig Tre

Seis años y 200.000 seguidores en Instagram. Así es el fenómeno de los 'mini Instagram models'

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Miniinsta

No se puede negar que Instagram se ha convertido en mucho más que una red social: es una verdadera plataforma de lanzamiento para quienes quieren vivir de su imagen. Las instagram models han revolucionado el mundo de la moda, con Kendall Jenner y Gigi Hadid a la cabeza. Pero el escaparate de Instagram no se limita a modelos adultas: la red social se está llenando de niñas (y también algunos niños) posando como auténticas profesionales. Son las mini insta models. Las Miss Sunshine de la generación millenial.

Quiénes son las estrellas infantiles de Instagram

Haileigh Vasquez tiene siete años y 133.000 seguidores en Instagram. Dice estar «obsesionada por la moda» y sus marcas favoritas son Dolce & Gabbana y Burberry. También dice que de mayor quiere ser diseñadora de moda, como su ídolo Karl Lagerfeld, y que le encanta que sus compañeras de colegio alaben sus outfits.

#Furdays

Una foto publicada por "Haileigh's Official Account" (@hails_world) el

La madre de Haileigh, Zulay, comenzó con esta cuenta de Instagram cuando la niña tenía 3 años. Un vestido verde y una pose muy de adulta la convirtieron en viral. Su fama ha ido creciendo desde entonces, hasta llevarla a las pasarelas en la última New York Fashion Week.

Pero Haileigh no es la única. Sus 133.000 seguidores se ven superados, curiosamente, por los de un niño, Gavin Duh, la auténtica estrella de los #instakids, con casi 200.000 followers a sus escasos seis años.

Una foto publicada por GAVIN DUH (@gavinduh) el

Existen incluso equipos de niñas que comparten cuenta, dirigidas casi siempre por sus madres. Y tienen éxito. Mucho, mucho éxito. Forever and Forava se definen en su cuenta como modelos, bailarinas y mejores amigas. Tienen 659.000 seguidores. Angie Kaiser es la madre al frente de @2sisters_angie, con 468.000 followers.

También hay tándems madre-hija, como el de Kristina y Eeva, protagonistas de la cuenta @kristinapitke, con casi 28.000 seguidores. O como @scoutfashion, con 136.000.

Una de las más jóvenes estrellas de las minimodelos de Instagram es Elle, con solo cuatro años y casi 91.000 followers. Su madre reconoce que no puede creer que tanta gente esté interesada en las fotos de su hija, que ella empezó a subir cuando la niña tenía solo cuatro o cinco meses.

Críticas, halagos y... mucho dinero

Muchas voces se alzan contra la presencia de niños en Instagram, especialmente posando como estrellas de la moda e imitando a los instagrammers más conocidos. «Para algunos padres, es mucho más que subir fotos bonitas de sus hijos. El objetivo es exponerlos, de manera que puedan conseguir una carrera en el mundo de la moda o la actuación», dice Ericka Souter, editora del portal de maternidad Mom.me.

Los padres tienen sus propias justificaciones. La madre de Haileigh, por ejemplo, explica que la ley obliga a que el 15% de los ingresos vayan a un fondo fiduiciario, mientras que el resto, en su caso, va a una cuenta de ahorros a nombre de su hija. «Si en algún momento ella decide que no quiere ser modelo y quiere ir a Harvard o al MIT, tendrá el dinero suficiente para pagarlo».

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Una foto publicada por "Haileigh's Official Account" (@hails_world) el

¿Es seguro exponer a los niños en Instagram?

Souter se pregunta por las intenciones de los seguidores de estas niñas. «Cuando tu hijo tiene 100.000 seguidores, deberías preguntarte si toda esa gente tiene buenas intenciones. ¿Son solo aficionados a la moda o hay algo más detrás? Hay casos de robos de fotos, que se han usado para material pornográfico. Es peligroso y hay gente que podría desarrollar una obsesión terrorífica por esos niños».

La madre de Haileigh tiene sus propios métodos para prevenir esto: «Me aseguro de que ella sepa que la gente que se le acerca no siempre son amigos. Tengo, además, una app que comprueba a todos los seguidores. Nunca posteo el lugar donde nos encontramos hasta que nos hemos ido de allí. Es mi forma de asegurarme de que ella esté siempre segura. Mientras pueda, lo voy a seguir controlando».

La madre de Elle, Linda Parra, reconoce que la respuesta no ha sido siempre positiva. «Algunas veces nos reprochan que no dejamos a los niños ser niños. Supongo que piensan que yo la visto y no es una niña normal, pero sí lo es. A ella le gusta jugar con la ropa. Yo nunca le pondría nada con lo que no se sienta cómoda». En su caso, ha decidido no aceptar dinero por la cuenta de su hija. Ni quiere que deje de ser solo un hobby ni quiere que sus seguidores crean que les está vendiendo algo.

Imágenes | Instagram.

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Ig Tre

Barbie da el pecho para romper algunos estigmas de la maternidad

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barbie dando el pecho

La artista Betty Stratchan trabaja arreglando muñecas, además de ser la madre de dos niños. Harta de las miradas de reprobación que recibía cuando daba de mamar en público, decidió crear esta Barbie para eliminar los estigmas sociales que existen en referencia a dar el pecho y educar a los niños en los diferentes aspectos de la maternidad.

Con este objetivo en mente, Betty Stratchan ha creado la Mamas Worldwide Barbie, una muñeca que se sale de su zona de comfort llena de lujo, piernas largas y melenas impolutas para reflejar la experiencia de tener un hijo, con sus ojeras, su cara lavada, su pelo recogido y sus leggings de estar en casa.

"La decisión de hacer una muñeca que da el pecho no llegó de forma consciente. Soy miembro de un grupo de madres que me da mucho apoyo y sentí que podía representarlo cuando estaba arreglando la cara de esta Barbie. Al fin y al cabo, educar a los niños es la mejor forma de eliminar estigmas sociales" dijo la creadora de esta Barbie al Huffington Post.

Ig Tre

Fotos | @allthelittledolls.

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